No es la primera vez que en estas páginas hablamos de cosmética vegana. Marcas que formulan sus productos únicamente con ingredientes naturales y respondiendo a estándares de producción y embalaje respetuosos con el medio ambiente. Hemos hablado de marcas de cosmética vegana Made in Spain, de otras más «de nicho» provenientes de los países nórdicos, e incluso de una más de alta cosmética procedente de Suiza con un complejo patentado que refuerza la inmunidad de la piel.
Hoy continuamos este interesante repaso con otras dos. Ejemplos ambas de que, al igual que en la cosmética «tradicional», no hay límites. En este caso, los pone la naturaleza.
Desde su nacimiento en 1996 esta firma austriaca de cosmética vegana ha crecido como la espuma. Su página web está disponible en nueve idiomas diferentes y envían sus productos a 34 países europeos. Su fuerte es la defensa de su filosofía, ‘Frescor, excelencia, tendencia‘, que define sus productos y su forma de actuar.
Dicen desde la empresa que su actuación no solo ahorra recursos y sigue criterios de sostenibilidad, sino que también son justos frente a sus socios, desde la compra de materias primas hasta la distribución. «Hacemos cosmética fresca y complementos alimentarios puros y eficaces que se pueden usar con la conciencia tranquila«.
De hecho, en sus formulaciones no utilizan conservantes artificiales, productos básicos modificados genéticamente, ni aromas artificiales. Sus 57 productos para el rostro, el cuerpo o el cabello así como sus complementos nutricionales están elaborados solo con ingredientes naturales y puros. Además, en sus envíos utilizan toallas de mano de algodón orgánico para proteger los viales de vidrio de las roturas; las cajas de envío están hechas con material reciclado; e incluso el material de relleno del interior de los paquetes es biodegradable.
Cambiamos ahora de tercio para hablar de una firma más pequeña que la anterior pero con una filosofía igualmente interesante. Se trata de la danesa Grums, que utiliza como ingrediente principal de sus productos de cuidado de la piel los posos del café reciclados.
Según explican una taza de café contiene menos del 1% de los nutrientes de los granos de café con los que se prepara. Esto significa que más del 99% de los nutrientes permanecen en el café molido. Lo siguiente que hicieron fue investigar las razones por las que los posos del café son buenos para la piel.
Una de ellas es que son ricos en antioxidantes. Estos son un arma fundamental para luchar contra los radicales libres presentes en el ambiente que oxidan y destruyen las células sanas de la piel haciendo que pierda luz, cosnsitencia y jugosidad. Además, también ayudan a calmar la piel y reducir su enrojecimiento e irritación.
En segundo lugar defienden que la textura granulada del café molido, ideal para exfoliar la piel. Tal y como comentan desde la marca, la exfoliación elimina las células muertas de la superficie de la piel, lo que permite que aparezcan células nuevas y frescas. También mejora la circulación sanguínea, lo que favorece que la piel esté más fresca y brillante. Al mismo tiempo, los posos de café contienen ácido cafeico, que puede ayudar a aumentar la producción de colágeno en la piel, haciéndola más firme y elástica.
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