Si hablamos de tratamientos faciales para el cuidado de la piel hay tantas opciones como necesidades o gustos tienen las personas que los eligen. Hoy hablaremos de la micropunción facial, un tratamiento ideal para quienes tengan miedo a las agujas pero que quieran ir un paso más allá de las cremas.
La micropunción facial es un tratamiento estético que consiste en hacer microperforaciones en la piel con el fin de mejorar problemas de hidratación, marcas de acné o líneas de expresión muy marcadas.
Esto se consigue con la aplicación por todo el rostro de una especie de lapicero o bolígrafo grande cuyo cabezal está lleno de pequeñas agujas. La función de las mismas es abrir pequeños canales en la piel, a un milímetro de la dermis, para que los principios activos que hayamos elegido para nuestro tratamiento se absorban y actúen de la mejor manera.
Estos principios activos, elegidos según nuestras necesidades, nuestro tipo de piel y de lo que nos recomienden los expertos, penetran a un milímetro de la dermis gracias a las agujas. En contra de lo que pueda parecer no es un tratamiento doloroso. Si acaso levemente molesto en aquellas partes más sensibles como el contorno de los ojos y cuya aplicación no suele superar la media hora.
Así, los principios activos más demandados son aquellos altamente hidratantes y con poderes para retrasar el envejecimiento. Es el caso del ácido hialurónico, que previene las arrugas y consigue ganar elasticidad; con el combinado de micronutrientes esenciales que estimula la producción de colágeno y mejora las cicatrices del acné.
Como tratamientos más específicos la micropunción facial también puede introducir en la piel una solución con Vitamina C pensada para reducir y tratar la aparición de manchas cutáneas; o una solución con oligopéptidos que restaura y regenera la piel para casos de tratamientos antiedad.
No obstante, el tratamiento completo incluye varias fases como la limpieza profunda, la aplicación del principio activo y la aplicación de una mascarilla con efecto calmante, entre otros. Se trata de un servicio especialmente completo y con resultados visibles en solo dos días que cada vez es más demandado.
De hecho, tal y como explica la directora del centro Hedonai CC Islazul, Sira Rodríguez Altamira, es un tratamiento cada vez más demandado «por pacientes que quieren iniciarse en el mundo de la medicina estética sin tener que «inyectar» más allá de la epidermis».
Así, según comenta es un tratamiento «muy completo que demandan pacientes entre los 30 y los 45 años». Sin duda un momento bueno para activar colágeno, elastina, trabajar las manchas o potenciar la hidratación.
En cuanto a contraindicaciones, «no se recomienda a personas con rosácea, psoriasis, acné activo, embarazadas o madres lactantes». En el resto de los casos los resultados se ven en apenas dos días y los pacientes «pueden retomar su vida cotidiana nada más salir de la clínica».
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