Kate Middleton se recupera junto al príncipe William y sus hijos en Anmer Hall, su segunda residencia. Tras confirmar que recibe quimioterapia para tratar el cáncer que le descubrieron en enero tras su intervención abdominal, la princesa de Gales habría decidido pasar más tiempo en la casa de campo familiar. Un refugio situado en el condado de Norfolk y que se proyectó inicialmente como la primera casa de la pareja.
La historia de Anmer Hall se remonta al siglo XVIII. Hay evidencias históricas que sitúan a una familia llamada Coldham como primeros moradores alrededor de 1705 de una casa en los mismos terrenos. Su integración al patrimonio de la familia real se produjo casi dos siglos después.
Hacia 1862 la reina Victoria decidió adquirir los terrenos aledaños de Sandringham House como regalo de bodas para el futuro Eduardo VII. Tres décadas después, Anmer Hall y sus 80.000 metros cuadrados de terreno ya formaban parte del patrimonio de la familia. La casa se encuentra precisamente a menos de 5 kilómetros en línea recta de Sandringham, uno de los retiros vacacionales preferidos de la difunta Isabel II.
Tras pasar a manos de la realeza, la casa estuvo arrendada a miembros cercanos a la corte y familiares. Allá por 2013 la reina decidió destinarla como residencia para el príncipe William y Kate Middleton. Anmer Hall sufrió entonces su renovación más relevante. La propia Isabel II destinó de fondos propios un millón y medio de libras para reformarla totalmente.
La casa actual tiene forma rectangular, posee 10 habitaciones en sus dos plantas y un enorme ático con claraboyas. En su larga fachada de ladrillos rojos se aprecian al menos 13 ventanas y un porche semicircular sobre dos columnas toscanas en su cara principal.
La reforma modificó el exterior de la residencia para aportar mayor privacidad. Posee un invernadero diseñado por el arquitecto Charles Morris, que ya había trabajado para la familia en otros proyectos. Tiene una cancha de tenis privada y una piscina.
El príncipe William y Kate Middleton siempre han tenido un cariño especial por Anmer Hall. Fue su primera residencia familiar al poco de nacer el príncipe George, pero las tres horas de camino hasta Londres condicionó su destino. Cuando la pareja asumió mayores competencias públicas, decidieron trasladarse al Palacio de Kensginton a finales de 2014.
Los príncipes de Gales remodelaron el Apartamento 1A, en el que se invirtieron 4,5 millones de libras. Allí estuvieron residiendo hasta que durante la pandemia convirtieron Adelaide Cottage en su residencia habitual, cerca de Isabel II, del Castillo de Windsor y del colegio de los niños.
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