Carlos III quiere alquilar el castillo donde murió Isabel II para celebrar bodas
Carlos III habría solicitado una licencia para celebrar bodas y eventos sociales en el castillo de Balmoral.
El castillo de Balmoral es una de las residencias reales más conocidas. Allí solía pasar la reina Isabel II sus vacaciones de verano y fue el lugar donde falleció el 8 de septiembre de 2022. Un castillo con historia y en el que ahora tú también puedes escribir la tuya propia. Y es que Carlos III ha decidido que Balmoral abra sus puertas al público para celebrar bodas.
El castillo de Balmoral se abrirá para celebrar bodas
Si estás organizando tu boda te interesará saber que el castillo de Balmoral podría estar próximamente disponible para que des el «sí quiero». En concreto, podrías casarte en el conocido como Queen’s Building, un edificio ubicado a unos metros del castillo principal, cerca de las caballerizas, y que fue construido en 1980 para alojar al personal y su comedor.
Carlos III habría presentado una solicitud de licencia a las autoridades locales de Aberdeenshire para que se puedan realizar bodas, cenas o eventos en el castillo de Balmoral. Reuniones sociales con una capacidad para hasta 277 invitados, con música en directo y bailes, en los que estaría permitido servir alcohol hasta las 12.30 de la noche.
Un castillo que pertenece a Carlos III
Sin embargo, parece que Balmoral no estará disponible para todo el mundo. Y es que según ha contado un portavoz de la residencia real, Carlos III no quiere que se celebren bodas de «carácter comercial», por lo que tan solo se aceptarán algunas solicitudes con el fin de que estos eventos sean «poco frecuentes a lo largo del año».
Con esta nueva iniciativa Carlos III continúa con su plan de abrir los espacios reales al público. Y es que ya el año pasado el monarca abrió la puertas de Balmoral para que los turistas pudieran visitar zonas exclusivas y cerradas al público hasta ese momento. Un tour premium que costaba 100 libras, unos 116 euros por persona. Aunque si querías tomar el té allí como hacía Isabel II el precio subía hasta los 174 euros.
Una iniciativa que fue todo un éxito y un negocio muy rentable para Carlos III. Y es que a diferencia de otras residencias de la familia real, Balmoral es una propiedad privada del rey, no pertenece a la corona, pues la reina Victoria, bisabuela de Carlos III, la compró en 1852 el castillo por 32.000 libras.