El príncipe Harry se encuentra cada vez más lejos de su familia. Hace apenas dos días que tuvo lugar el Día del Recuerdo en el Reino Unido, una efeméride muy señalada y especial para el país en la que participa siempre de forma muy activa la Familia Real Británica. Como es habitual, el príncipe Harry quiso seguir tomando parte de ella aún estando físicamente lejos de su país. Para ello pidió personalmente al Palacio de Buckingham que se colocara una ofrenda floral en el Cenotafio en su nombre durante los servicios de la jornada. Según varios informes, esta propuesta se cerró de forma negativa muy rápidamente alegando que «ya no representa a la monarquía«. Así lo explica The Times, aunque también se sabe que la reina Isabel II desconocía los deseos de su nieto.
Esto seguramente debe haber sido un duro golpe para el duque de Sussex, que sirvió en el ejército durante 10 años. Allí alcanzó el rango de capitán, completando dos giras por Afganistán y creando los Invictus Games, un evento deportivo internacional para los miembros de las fuerzas armadas heridos. Según la biografía de los Sussex Finding Freedom, de reciente aparición, Harry estaba devastado por ser despojado de sus títulos militares a principios de este año.
Todo ello como resultado de su ruptura con la Familia Real y su traslado a California junto a su esposa, Meghan Markle, y el hijo ambos, Archie. Es otra señal más del creciente cisma entre él y la familia real. El príncipe Carlos y el hermano de Harry, el príncipe William, asistieron al servicio religioso y depositaron coronas. En cambio, Harry y Meghan hicieron una ofrenda floral en el Cementerio Nacional de Los Ángeles el pasado domingo. La pareja se detuvo junto a las lápidas de dos soldados de la Commonwealth, uno que había servido en la Real Artillería Canadiense y otro en la Real Fuerza Aérea Australiana.
Harry colocó una ofrenda floral por primera vez en 2009 en el Cenotafio, que es similar a la Tumba del Soldado Desconocido de los Estados Unidos. Recientemente habló sobre este día tan solemne en un podcast. «El Día del Recuerdo para mí es un momento especial de respeto y esperanza. Me pongo la amapola para celebrar la valentía y la determinación de todos nuestros veteranos. Estas son las personas y los momentos que recuerdo cuando saludo, cuando me mantengo firme y cuando dejo una corona en el Cenotafio», dijo Harry.
«El servicio sucede en la tranquilidad y en el caos. Es lo que pasa en la oscuridad, es lo que pasa cuando la gente no mira. Es lo que sucede dentro y fuera del campo de batalla. Se trata de cumplir con nuestro deber como soldados», continuó Harry. «Para mí, como padre, esposo y ser humano, se trata de saber cómo defendemos estos valores en todos los aspectos de nuestras vidas».
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