Apenas unas horas después de hacerse público que Carlos III había ordenado el desalojo del que fue su hogar en Reino Unido el príncipe Harry y Meghan Markle se dejaban ver públicamente en California. Ambos salían a cenar con unos amigos y se dejaban fotografiar mientras accedían a uno de los clubs privados más exclusivos de Hollywood. En concreto al llamado San Vicente Bungalows, el club social preferido por las celebridades más importantes de Los Ángeles y al que habrían ido como invitados.
Hablamos de un negocio que abrió sus puertas en 2018 y del que son socios personajes tan importantes como Elon Musk, Steven Spielberg o Leonardo DiCaprio. Detrás del mismo está Jeff Klein, un propietario que tiene en la discreción la base principal de todo lo que sucede en San Vicente Bungalows.
Klein, que a finales de abril cumplirá 53 años, trabajó como botones de hotel en Nueva York al poco de terminar sus estudios universitarios en París. Pasó por todos los puestos posibles dentro de la hotelería antes de llamar la atención de los dueños del grupo Gotham Hospitality.
Allí conoció a Bernard Goldberg, su mentor y principal socio. Ambos fueron de la mano en su llegada a Los Ángeles y en 2004 Klein compró el histórico Sunset Tower Hotel. Un ejemplo de Art Decó y lugar imprescindible en la época dorada de Hollywood.
Klein y su equipo volvieron a llenar de esplendor un establecimiento en decadencia, ganándose la confianza de lo más granado del nuevo Hollywood. Allí se han celebrado, por ejemplo, algunas de las fiestas más sonadas tras la gala de los Oscar.
Con una buena reputación ganada a pulso, Klein adquiere en 2013 San Vicente Inn, un hotel que también había vivido momentos mejores al oeste de Hollywood. Lo reformó y lo renombró años más tarde como San Vicente Bungalows, un club de membresía privada con amplia oferta de restauración y un pequeño hotel boutique.
En San Vicente Bungalows no entra cualquiera. Para formar parte del mismo debes recibir una invitación de otro miembro y pasar el visto bueno de una comisión de socios que se reúne mensualmente. Aquellos que no pertenezcan al club pueden pasar acompañando a otros socios, pero deben estar con ellos en todo momento.
La lista de espera es amplia y cuantas más cartas de recomendación poseas, más posibilidades tienes de ser aceptado. Los niños sólo pueden pasar al brunch y está prohibido hacer fotos en su interior y mucho menos publicarlas en redes sociales. Eso es motivo de expulsión.
Su interior tiene distintas áreas de restauración, zonas comunes y salones privados además de nueve habitaciones. En una entrevista realizada antes de la pandemia, Jeff Klein aseguró que es un lugar donde casi todo lo legal vale y donde no se juzga lo que sucede en su interior. “Puedes traer a tu esposa una noche, a tu amante la noche siguiente y a tu novio la siguiente. Para eso fue creado, sin juzgar. ¿Dónde más puedes hacer eso en privado?”, afirmó Jeff Klein a GQ.
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