El último acto oficial en el que hemos podido ver a la duquesa de Cambridge quedará para el recuerdo por estar cargado de simbolismo. Su look tiene guiños a Isabel II, la princesa Diana y nos recuerda por varios motivos a la reina Letizia. Una cita en la que Kate Middleton lució impecable con un vestido gris de Catherine Walker y en la que hizo gala de su saber estar y su simpatía.
Lo primero que hace especial al acto de ayer es la invitación y la compañía. Y es que Kate acudió a un centro de capacitación profesional de arte y cultura invitada por su suegro, el príncipe Carlos, que acudió a la misma con su esposa, la duquesa de Cornualles. Esto no tendría más importancia de no ser porque es la primera vez que Kate acude a un acto con ellos sin su marido, el príncipe William, desde 2012.
Se trata de un proyecto financiado por The Prince’s Foundation, la entidad benéfica del heredero de la corona. El príncipe Carlos reconoció que había invitado a su nuera a este evento por «su amor compartido por las artes y la pasión que tiene por los textiles».
Y si hablamos de textiles llegamos al segundo símbolo de la jornada, el look. Porque Kate Middleton escogió para la cita uno de sus vestidos favoritos de Catherine Walker que ha utilizado en multitud de ocasiones desde que lo estrenara en 2019. Lo especial del mismo es que el día de su estreno lo utilizó para su primer acto oficial en solitario junto a la reina Isabel II.
Se trata de un elegante vestido-abrigo gris hecho a medida para la duquesa, entallado en la cintura y con falda acampanada. Como detalles cuenta con cuellos negros y un cinturón ancho con gran hebilla también en negro que le dan el toque diferente. Tiene el corte clásico que tanto gusta a Kate y que también hemos visto en varias ocasiones a la Reina Letizia y que recuerda mucho a su conjunto favorito de Varela. En cuanto a complementos, lo combinó con negras tupidas negras; zapatos de ante al tono de Gianvito Rossi; y en la mano un sofisticado y discreto bolso negro de Mulberry.
Y terminamos el repaso por esta cita repleta de simbolismo con otro detalle en recuerdo a su suegra. Porque los pendientes que lució ayer a juego con su inseparable anillo de compromiso son unos aretes de zafiros y diamantes que pertenecieron a la princesa Diana.
Acorde al tono del acto lució muy sonriente con un suave maquillaje y volvió a apostar por un peinado con el que se siente muy cómoda últimamente. Un semirrecogido con nudo y coleta que los estilistas de la duquesa remataron con esas ondas que tan buen resultado le están dando a su larga melena.
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