Quedan menos de tres semanas para que Carlos III sea coronado rey y el engranaje de la ceremonia está más que en marcha. Edward Fitzalan-Howard, XVIII duque de Norfolk, ha sido el responsable organizar un evento histórico que vivirán en primera persona en la Abadía de Westminster más de 2.000 invitados. Una cita en la que se verán joyas históricas que pondrán el toque tradicional a la coronación de Carlos III.
Hablamos, cómo no, de las joyas de la Corona Británica, símbolos de poder y de espiritualidad, que el próximo 6 de mayo saldrán de la Torre de Londres donde se custodian para usarse durante la entronización del rey.
Entre todas ellas destaca la Corona de San Eduardo, la más antigua e importante que tiene la Casa Real británica. Se trata de una pieza de oro macizo de más de dos kilos de peso con rubíes, zafiros y amatistas engastadas que se confeccionó para la coronación de Carlos II en 1661. Carlos III será coronado con ella igual que sucedió con su madre en 1953. Él será el séptimo monarca que la porte.
No obstante no será la única corona que veremos en Westminster ese día. Para el saludo posterior a la coronación desde el balcón de Buckingham, Carlos III lucirá la Corona del Estado Imperial que también Isabel II llevó después de su proclamación como reina. Junto a él, Camilla portará la Corona de la reina María de la que hablamos en otra ocasión.
Se creó para la coronación de la reina Victoria, en junio de 1838, y la fallecida monarca también la llevó en otros momentos históricos como las aperturas formales del Parlamento Británico. Como curiosidades destacar que la pieza pesa más de un kilo, mide 31,5 centímetros de altura y tiene 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y 4 rubíes.
Mítico es también el cetro de oro llamado ‘De la Paloma’ que representa el papel espiritual y pastoral del soberano. Con más de un metro de largo y más de un kilo de peso, se creó con motivo de la coronación de Carlos II en 1661. Una de sus particularidades es que está rematado por una paloma con las alas extendidas que se posa en una cruz simbolizando el Espíritu Santo.
El segundo, llamado Cetro de la Cruz, representa el poder temporal del nuevo rey. Confeccionado también en oro y rematado con un impresionante diamante Cullinan de 530 quilates, se ha utilizado en cada coronación desde la de Carlos II. Pesa 1.170 gramos y mide 92 cm de largo.
Otra de las joyas llamativas de la coronación será la que sujete Carlos III antes de llevarse al altar. Se trata del Orbe del Soberano, una esfera de oro hueca con rubíes, zafiros, diamantes, esmeraldas y perlas con una cruz en la parte superior que simboliza el mundo cristiano.
De todos los objetos utilizados en la coronación la llamada Ampolla y su Cuchara serán los más importantes por corresponder a la parte más sagrada del servicio religioso. Las réplicas de ambos objetos se exhiben en las Galerías del Jubileo de Diamante de la Reina y se han utilizado durante cientos de años. La ampolla, una pieza con forma de águila, contendrá el aceite consagrado en Jerusalén con el que ungirá al monarca.
La figura del águila responde a una leyenda según la cual la Virgen María se apareció a san Tomás Becket y le entregó una águila de oro y un frasco de aceite para la unción de los futuros reyes de Inglaterra. La pieza se hizo para la coronación de Carlos II en 1661. La cuchara es el único objeto que sobrevivió a la destrucción de los símbolos sagrados desdpués de la guerra civil inglesa.
Siguiendo con la ceremonia, después de la unción el arzobispo colocará en el dedo anular del soberano como símbolo de “dignidad real” un anillo de oro con mucha historia. Se mandó hacer para la coronación de Guillermo IV en 1831 y consta de un gran zafiro rodeado de diamantes y rubíes que forman una cruz. Fue obra de los orfebres reales Bridge & Rundell.
Por último las espuelas, que simbolizan la caballería y se utilizan desde la coronación de Ricardo Corazón de Leon en 1189. Las que veremos el 6 de mayo se fabricaron en 1661 para Carlos II, pero se modificaron en 1820 para Jorge IV. También de oro, se sujetan a los tobillos de los soberanos y, en el caso de las reinas, se presentan y luego se colocan en el altar. Cada una de ellas tiene una rosa Tudor y una correa cubierta de terciopelo rojo con bordados dorados.
Otras de las joyas antiguas, en este caso “no ponibles” del día de la coronación de Carlos III serán las que cubran los trayectos desde el Palacio de Buckingham a la Abadía de Westminster. Hablamos, cómo no, de los carruajes que los reyes antes y después de la entronización.
Como ya es habitual desde hace décadas, Carlos III reunirá esta Navidad a los miembros… Leer más
Tener una camiseta firmada por Messi, Lamine Yamal o Xavi Hernández y además contribuir con… Leer más
En el corazón de La Mancha y con leche cruda de oveja se elabora el… Leer más
‘El Dalí más grande del mundo’. Ese el título elegido por el Teatro Fernando de… Leer más
El grupo Kering afronta 2025 con nuevos retos y entre sus planes estaría una reorganización… Leer más
Los príncipes de Gales por fin han publicado su felicitación de Navidad. El príncipe William… Leer más