Un pañuelo de Hermès adornó a Emma en su despedida de Isabel II
El mozo de cuadras de Isabel II escogió uno de los pañuelos de seda de la Reina para adornar a Emma, el último caballo al que se subió.
La despedida de Isabel II en el Castillo de Windsor estuvo plagada de momentos especiales. Quizá los más cercanos a su persona. No en vano la Reina hizo de su querido castillo su residencia oficial. No tuvo reparo alguno en confinarse en él junto a su esposo, Felipe de Edimburgo, cuando el Covid-19 apareció en nuestras vidas. Y allí permaneció acompañada de todos aquellos que hacían algo más fácil su vida, incluidos sus fieles perros y sus adorados caballos. Incluida Emma, su pony.
La estampa de este caballo sujetado por Terry Pendry es una de las más virales del funeral de Isabel II. El principal mozo de cuadras de la Reina durante los últimos 25 años preparó el caballo como hacía siempre que su majestad lo requería. Sus paseos a caballo por los jardines del castillo eran habituales, antes de que los médicos se lo desaconsejaran el otoño pasado. Siempre ataviada con un pañuelo a la cabeza, como el que adornaba la silla de montar de Emma.
El pañuelo que adornaba a Emma es un modelo muy especial de Hermès que perteneció a Isabel II
Ahora sabemos que el pañuelo en cuestión perteneció a Isabel II y que era probablemente uno de los más especiales. Se trata de un diseño de Hermès creado en 1993 y llamado The Royal Mews. Una recreación histórica que la casa francesa dedicó a los establos del Palacio de Buckingham donde se albergan los caballos y carruajes reales desde 1820. En el grafismo que adorna el pañuelo de seda se pueden distinguir precisamente varios carruajes históricos, así como diferentes guardias reales.
El pañuelo perteneció a la colección otoño-invierno de aquel año y fue creado por Jean de Fougerolle dentro de una serie para conmemorar el Año del Caballo en Hermès. Isabel II lo estrenó precisamente ese mismo año durante uno de sus eventos ecuestres preferidos, el Windsor Horse Show. Durante su vida, Isabel II hizo de los pañuelos de seda una de sus prendas imprescindibles.