En más de una ocasión, el duque de Edimburgo había expresado su deseo de tener un funeral militar y sin grandes actos. Tras su fallecimiento el pasado 9 de abril, la reina Isabel II ha decido seguir sus instrucciones y celebrar un funeral tal y como le habría gustado a su marido, aunque marcado por las restricciones del coronavirus. Una despedida diferente, que se celebrará el próximo 17 de abril en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. Entre las curiosidades, contará tan solo con 30 invitados, entre los que no estará Meghan Markle; se emitirá por televisión y el pasado militar del duque tendrá un gran protagonismo.
Desde hace más de 20 años el palacio de Buckingham ha ido organizando la llamada Operación Puente de Forth. Este dispositivo fijaba todo lo necesario en caso de que el marido de Isabel II falleciera. Sin embargo, en el último momento los planes del duque de Edimburgo y la pandemia de coronavirus han obligado a cambiarlo todo.
El próximo sábado 17 de abril, justo ocho días después del fallecimiento del príncipe Felipe, está previsto se celebre el funeral. Será a las tres de la tarde, y unos 15 minutos antes, el príncipe Carlos de Inglaterra y otros miembros de la familia real caminarán detrás del ataúd flanqueados por el servicio de las Fuerzas Armadas del país. Un recorrido similar al que realizó la familia, incluido el propio duque, en el funeral de Lady Di.
El lugar escogido para el acto es la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, el mismo donde fallecía el pasado viernes el duque. Debido a las restricciones de coronavirus, al funeral solo podrán asistir 30 personas. Familiares, amigos, y trabajadores, entre los que no se encontrará Meghan Markle, pues el príncipe Harry aterrizaba esta mañana solo en Londres. Entre las ausencias también destacará la del primer ministro británico, Boris Johnson. Éste ha anunciado que no acudirá «para dar cabida a tantos miembros de la familia como sea posible».
Siguiendo la última voluntad del duque, sus restos mortales serán trasladados desde la entrada principal del castillo hasta la capilla en un Land Rover fúnebre que él mismo ayudó a diseñar. El féretro estará envuelto con el estandarte personal del duque y con referencias a su herencia real danesa y griega. También destacarán sus raíces Mountbatten, su título de Edimburgo y, a petición del monarca, se cubrirá de flores, y se colocará su gorro naval y su espada.
Será recibido por una guardia de honor de Los Rifles, una banda en el Claustro de la Herradura y los gaiteros del la Royal Navy. Estos tocarán sus gaitas mientras los miembros de la marina real trasporten el ataúd hasta la capilla. Tras esto se celebrará una ceremonia religiosa oficiada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el decano de Windsor, David Conner. Finalmente, el ataúd se llevará hasta el Quire, lugar de descanso de la mayoría de los monarcas enterrados en la capilla. Allí se leerá un salmo y el texto «cenizas a cenizas«. Por último, el féretro se bajará a la Bóveda Real y allí permanecerá hasta que la reina Isabel II fallezca, momento en el que ambos serán enterrados juntos en la capilla conmemorativa.
Un acto solemne, íntimo y de corte militar, que todos podremos seguir a través de la televisión, pues el palacio de Buckingham ha confirmado que será televisado. «El funeral de Su Alteza Real se retransmitirá para que el mayor número posible de personas puedan verlo; llorar con nosotros y celebrar una vida verdaderamente extraordinaria«.
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