Delphine Boël comparece entre lágrimas como princesa de Bélgica

La artista afincada en Londres ostenta desde el pasado jueves el título como princesa de Bélgica tras ser reconocida hija biológica del rey Alberto II de Mónaco.

Elisa Ventoso. 06/10/2020

Llevaba siete largos años de lucha con la justicia para demostrar que Alberto de Mónaco era su padre. Finalmente, el pasado mes de enero lo consiguió. El juez y unas pruebas de ADN le dieron la razón y era cuestión de tiempo que se hiciera oficial el nuevo título de Delphine Boël como princesa de Bélgica.

Muy emocionada, la cuarta hija biológica del rey Alberto II comparecía ayer en rueda de prensa en la Universidad de Bruselas. Lo hacía por primera vez como miembro de la realeza, ya que ostenta desde el pasado jueves su título de princesa junto al apellido Sajonia-Coburgo.

Delphine se emocionó durante su primera rueda de prensa como princesa. Foto: Gtres

Va a continuar con su labor artística

Acompañada de su marido Jim O’Hare, Delphine Boël explicó a los medios lo que había defendido muchas veces durante el proceso judicial antes de convertirse en princesa. Que no abandonará su ocupación artística y que nada cambiará en ella ahora que es parte oficial de la casa real belga. «Voy a ser la misma de siempre. Pero si alguna ONG me necesita y cree que ser princesa le puede ayudar, estaré feliz de hacer algo bueno con ello”, explicaba

En cuanto a su familia, Delphine reconoció que le gustaría asistir a algún acto oficial de la familia real belga si fuera invitada, aunque tiene poca fe en ello de momento. De igual modo, explicó que sus hijos Josephine y Oscar, ahora nietos oficiales del Rey Alberto, han intentado varias veces comunicarse sin éxito con su abuelo. Algo que no volverá a pedirles para «evitarles una decepción».

Alberto de Mónaco y la reina Paola. Foto: Gtres

En busca de su identidad

Delphine Boël es hija de la baronesa Sybille de Selys Longchamps, con quien el rey Alberto de Mónaco tuvo una relación extramatrimonial, según declaró ella, entre 1966 y 1984. La historia de la paternidad ilegítima salió a la luz tras la publicación en 1999 de una biografía no autorizada de la reina Paola. Comenzó entonces una cruzada entre la artista y su padre, que se negó desde el principio a colaborar para esclarecer el asunto.

«Tener que acudir a los tribunales para ser reconocida por mi propia sangre, por mi propio padre, me ha resultado antinatural. Eso ha sido lo más doloroso de todo. Pero no os rindáis. No os avergoncéis. Si queréis conocer vuestra identidad, seguid adelante, porque eso es lo correcto», decía orgullosa Delphine.

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