De la carta de amor de Isabel II a Meghan Markle, los detalles del funeral del duque de Edimburgo

A las 15.40 de la tarde, haciendo gala de puntualidad británica, salía del castillo de Windsor el féretro del duque Edimburgo, seguido de una marcha fúnebre en encabezada por su hijo, Carlos de Inglaterra. En la capilla de San Jorge esperaba la reina Isabel II de riguroso negro y sentada sola en la parte delantera. Así arrancaba el funeral del duque de Edimburgo. Una solemne ceremonia de corte militar y gran simbolismo que miles de personas siguieron a través de la televisión y redes sociales. Sin embargo, y a pesar de las miles de cámaras que ocupaban la capilla, hubo varios detalles que pasaron desapercibidos para el público, como la carta que Isabel II dejó sobre el féretro de su marido, la aparición estelar de Meghan Markle o las lágrimas del príncipe Carlos.

La reina escribió una carta de despedida al duque de Edimburgo

Vestida completamente de negro y escondiendo sus emociones bajo la mascarilla, Isabel II despedía a su compañero de vida en los últimos 70 años. Sentada sola en la parte delantera de la capilla de San Jorge, la reina asistió al emotivo funeral del duque de Edimburgo, un triste adiós en el que la monarca quiso tener el último gesto de amor hacia su marido. Y es que, además de su estandarte personal y su gorro naval, Isabel II colocó sobre el féretro una corona de flores blancas, acompañada de una carta.

Según recoge la revista Hello, se trata de una tarjeta escrita a mano por la propia reina en la que se podía leer «En memoria del amor». Una tierna dedicatoria que Isabel II firmó como Lilibeth, el nombre con el que su esposo se refería a ella y con el que le conocen sus amigos y familiares. De esta manera tan sentida y simbólica, Isabel II se despedía en la intimidad del que ha sido el hombre y amor de su vida en los últimos 70 años.

Meghan Markle también estuvo presente en el funeral

La que también se despidió del duque de Edimburgo con una nota fue Meghan Markle. La esposa del príncipe Harry, que no asistió al funeral por prescripción médica, quiso estar presente en el último adiós del marido de Isabel II con una corona de flores que diseñó Willow Crossley, el encargado de las flores en su boda con el príncipe Harry y bautizo de Archie. Un espectacular adorno floral y con gran simbolismo que fue especialmente escogido por la duquesa de Sussex.

La corona contaba con la flor nacional de Grecia, país de origen del duque, cardos azules, para representar a los Royal Marines; campanulas, que representan la gratitud y el amor eterno; romero, que se relaciona con el recuerdo; lavanda, que representa la devoción; y rosas, en honor a junio, el mes de nacimiento del príncipe Felipe. Un bonito homenaje que Meghan acompañó de una tarjeta escrita a mano por ella misma.

El príncipe Carlos no pudo evitar las lágrimas

Mucho se ha hablado de la complicada relación que tenían el duque de Edimburgo y el príncipe Carlos. Sin embargo, éste fue uno de los invitados más emocionados en el último adiós del duque. Y es que dejando un poco de lado el protocolo, el heredero al trono no pudo evitar las emocionarse y soltar alguna lágrima en la despedida a su padre. Sin duda, una de la imágenes más impactantes de la ceremonia, junto a la del reencuentro entre los hermanos, William y Harry.

El esperado reencuentro de William y Harry

A pesar de que en la marcha fúnebre los hermanos iban deparados por su primo, Peter Phillips, tras la ceremonia pudimos ver a los dos hermanos juntos a las puertas de la capilla de San Jorge. Un pequeño y breve encuentro en el que incluso les vimos manteniendo una cordial charla, a la que no dudó en unirse Kate Middleton. Se desconoce sobre qué estuvieron hablando los hermanos, sin embargo, esta pequeña conversación cobra especial relevancia, pues es la primera imagen de los dos juntos en el último año y después de las polémica entrevista de Meghan y Harry con Oprah.

Lady Penny una de las invitadas más afectadas en el funeral del duque de Edimburgo

Además de los príncipes William y Harry, hubo otra invitada que no pudo pasar desapercibida. Hablamos de la condesa Mountbatten de Birmania, una de las grandes amigas del duque de Edimburgo, y que algunos señalan como antigua amante del marido de Isabel II. Rumores aparte, lo cierto es que mantenía una relación muy especial con el duque y era una de sus personas de mayor confianza. La reina Isabel II no dudó en contar con ella entre los escasos 30 invitados del funeral, y allí la pudimos ver desolada despidiéndose de su gran amigo.