La historia de amor entre el príncipe Rainiero de Mónaco y Grace Kelly es uno de los grandes hitos de la monarquía europea. Como si de un cuento de hadas se tratase, una de las actrices más deseadas del momento renunciaba a su carrera para convertirse en princesa. Una historia a la altura de muchas películas de Hollywood que, en un momento dado, podría haber sufrido un giro radical. Y es que Grace Kelly no fue la única actriz en la que el príncipe Rainiero se fijó. Un documental acaba de revelar que Marilyn Monroe estuvo a punto de convertirse en princesa de Mónaco.
Tras la segunda Guerra Mundial, Mónaco decidió cambiar su imagen para convertirse en el centro turístico y del lujo que es hoy en día. El objetivo era que Mónaco pasara a ser conocido en todo el mundo, y para ello necesitaba de la ayuda de una estrella internacional. Aristóteles Onassis, el entonces asesor del príncipe Rainiero, organizó un plan para encontrar una esposa guapa y famosa para el monarca, consiguiendo así matar dos pájaros de un tiro. Por un lado llevar la fama a Mónaco y por otro, asegurar el futuro de la monarquía.
Como todos sabemos, la elegida fue Grace Kelly, que por aquel entonces era una de las actrices más bellas y famosas de Hollywood. Sin embargo, el documental Royals: Keeping The Crown, acaba de revelar que Grace no fue la primera opción de Rainiero para convertirse en princesa de Mónaco.
El documental asegura que el príncipe se fijó primero en la gran Marilyn Monroe, mito erótico de la época. Según revelan, el príncipe Rainiero se sentía muy atraído por la actriz, por lo que no dudó en escogerla. Sin embargo, para sus asesores, que Marilyn Monroe se convirtiera en princesa no fue ni siquiera una opción, pues consideraban que la actriz tenía una imagen demasiado sensual.
Fue entonces cuando apareció en su búsqueda Grace Kelly, la cual dejó prendado al monarca con su belleza. El príncipe Rainiero conoció a la actriz en 1955, cuándo ésta se encontraba en Francia para asistir al Festival de Cannes, y tan solo seis meses después anunciaban su compromiso. Grace dejaba su prometedora carrera como actriz en Hollywood para convertirse en princesa de Mónaco, creando una historia de amor de película.
Finalmente, el príncipe Rainiero y Grace Kelly se casaron el 19 de abril de 1956 en la Catedral de Mónaco. El enlace fue considerado «la boda del siglo» y fue retrasmitida por televisión en todo el mundo. Con el enlace, el Principado se situó en el mapa mundial, y el príncipe Rainiero consiguió formar una familia, asegurando así la corona. Pero, a pesar de que el matrimonio fue un buen negocio, el príncipe y Grace Kelly eran felices juntos.
En una biógrafa escrita por Elizabeth Gouslan, la periodista asegura que, pese a ser un matrimonio de conveniencia, Grace Kelly estaba enamorada de Rainiero. Un sentimiento que el monarca compartía, pues tras la repentina muerte de la actriz en un accidente de tráfico, éste aseguró sentirse «vacío y abandonado».
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