No ha sido un viaje oficial más. La reina Letizia se ha traído de su viaje a Honduras un buen puñado de experiencias, algunas de ellas desgarradoras, y el objetivo de liderar la respuesta internacional ante la grave situación que atraviesa el país. Las tormentas tropicales Eta e Iota han agravado sus problemas, y necesita una profunda reconstrucción. Asolado por catástrofes naturales en la última década, Honduras necesita ayuda internacional para su reconstrucción. Con nueve millones y medio de habitantes, es el tercero en la escala de desigualdades del mundo.
España quiere liderar esa ayuda internacional. Algo que la reina Letizia ha trasladado a las autoridades locales que la han acompañado durante la visita. La Reina ha podido constatar de primera mano las necesidades de una buena parte de la población hondureña, que lo ha perdido todo, menos la esperanza. Afectados y cooperantes coincidieron en que, a pesar de la repercusión mediática ahora escasa, los daños de las últimas tormentas tropicales han sido mayores que los provocados por el Mitch en 1998. No ha habido el elevado número de víctimas de entonces, pero se teme que sus efectos sean más estructurales y duraderos.
“Tenemos miedo al Covid. El problema es que ahora tenemos miedo a otras cosas también. No nos queda nada”. Así explicaron a Doña Letizia su situación las personas acogidas en el Instituto Patria que ofrece techo, agua e higiene elemental a 131 familias (222 adultos, la mayoría mujeres, 161 menores de 18 años y 83 menores de 5 años). Todos conviviendo en aulas reconvertidas en alojamiento provisional, que puede prolongarse en el tiempo.
Letizia habló unos minutos con una joven refugiada. Ella sufrió los efectos del huracán Mitch cuando tenía 5 años. Recuerda aún que se salvó en los brazos de su madre. Ahora ella tiene 27, una hija de 5 años y un horizonte de volver a empezar a resistir. “No tenemos oportunidades, pero tenemos capacidades”, le dijo a la Reina. Todas las personas con las que tuvo contacto Doña Letizia se aferran a una difícil esperanza. Y todas agradecen una visita que se produce en medio de la escasa mirada internacional ante la tragedia. Al menos el 40 por ciento de la población de Honduras se ha visto afectada.
Hay medio millón de evacuados y cien mil personas hacinadas en albergues. Unas 330.000 personas siguen incomunicadas y el motor económico del país, San Pedro Sula, ha sido arrasado. Durante la visita de la reina Letizia se hizo entrega de un importante volumen de ayuda humanitaria. Constituye el mayor esfuerzo de los últimos diez años por parte de la cooperación española. Son más de 120 toneladas que se repartirán entre la población hondureña. Parte de la carga se transportó en el vuelo de Doña Letizia e incluye, entre otros insumos, test de diagnóstico rápido para la COVID-19.
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