El príncipe Harry volará a su casa en EE.UU. sin tener más encuentros privados con su padre o su hermano. El motivo es que ninguno de los dos confía en él lo suficiente como para hablar a solas, según dijeron fuentes al portal Page Six.
El único encuentro entre los tres fue una charla a tres bandas en Frogmore Cottage, después del funeral del sábado. Al parecer Carlos y William solo aceptarían hablar con Harry si hubiera testigos de lo que se dijera, porque el heredero al trono y su hijo mayor temen que se filtre un relato distorsionado del asunto.
Los dos primeros ya habían comentado con actitud desfavorecedora la entrevista de los Sussex con Oprah Winfrey, en especial el asunto del racismo. Pero al no haber declaraciones de esa charla privada a tres, no hay posibilidad de comentario alguno. No obstante, hay quien opina que es demasiado pronto y que hay un largo camino para rehacer los entresijos familiares.
Mientras, el príncipe Carlos se ha ido a Gales para llorar en privado a su padre en su casa de Llwynywermod en Llandovery. Harry por su parte sigue con su billete de regreso abierto a California para poder festejar en privado el miércoles el 95 cumpleaños de su abuela, Isabel II.
Si bien Su Majestad ha cancelado todas las celebraciones formales, incluido el lanzamiento de una nueva sesión fotográfica, Harry podría acompañarla a dar un paseo al aire libre, siguiendo las pautas de COVID-19 del Reino Unido.
Su presencia en el funeral fue la primera vez que regresó al Reino Unido más de un año después de que él y Markle renunciaran a sus roles dentro de la familia real. Aunque Meghan Markle no recibió autorización médica para volar, envió una nota manuscrita que se colocó encima de una corona de flores en el funeral del príncipe Felipe. Además, se sabe que la duquesa estuvo viendo el servicio por televisión en su casa de California.
Por otro lado, la reina Isabel perdió el mismo día del funeral de su esposo a uno de sus viejos y más fieles colaboradores. Se trata del experto en caballos Sir Michael Oswald, quien pasó casi 30 años como gerente de Royal Studs, y falleció el sábado a los 86 años.
Oswald fue fotografiado regularmente con la Reina, que era una gran fanática de las carreras de caballos. De hecho fue nombrado Caballero con Gran Cruz de la Real Orden Victoriana (GCVO) en la lista de Honores de Año Nuevo del año pasado.
El deceso se produjo pocos días antes de su cumpleaños, que comparte casualmente con la reina, que cumple 95 años ese día. El asesor de carreras también había estado cerca de la Reina Madre antes de su muerte hace 19 años, y su esposa, Lady Angela, era una de las damas de honor de la realeza.
El actual asesor de carreras de Isabel II, John Warren, dijo que su predecesor «estaba profundamente comprometido con los sementales, la Reina y la Reina Madre»
A pesar del amor de la reina por las carreras, Oswald insistió anteriormente en que la monarca nunca jugó. «Nunca supe que la Reina hubiera hecho una apuesta», dijo una vez, según el obituario del “UK Times”. “Para ella la pasión es tener un caballo que gane. No hay nada que ella no sepa sobre el pedigrí de un caballo”, dijo.
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