La opinión pública japonesa anda dividida estos días tras la renuncia de la princesa Mako. Una historia de amor que la ha llevado a tomar varias decisiones trascendentales en su vida. Para empezar, este mismo martes se casaba casi en secreto con su novio, con el que llevaba comprometida desde hace 8 años. La boda con Kei Komuro, al que conoció en la Universidad, se ha celebrado en Tokio sin pompa real ni grandeza alguna.
A primera hora de la mañana, la joven princesa Mako salía de la residencia familiar, hacía una reverencia a su padre y heredero Akishino, a su madre, la princesa Kiko y se despedía con un abrazo de su hermana Kako. Acto seguido, se subía a un coche para casarse en el registro civil, lejos de las cámaras. Después, los recién casados comparecían ante la prensa en un hotel, para dejar las cosas claras. Ambos leyeron sus propios comunicados.
Mako Komuro, como quiere que se la conozca a partir de ahora, leyó un escrito en el que defendió su decisión de casarse. «Nuestro matrimonio es un paso necesario para que podamos proteger nuestros corazones» dijo la princesa mientras atacaba a los que han llenado páginas de infundios y rumores sin sentido. La pareja tenía pensado casarse hace tres años, pero se desató un escándalo financiero que involucraba a la madre del novio. Por todo el país se difundió la idea de que Kei Komuro se casaba con la princesa Mako por dinero.
Tal y como ha revelado la propia casa real japonesa, los rumores y ataques causaron en la joven un trastorno de estrés postraumático. «Amo a Mako. Solo tenemos una vida y quiero que la pasemos con quien amamos», sentenciaba el joven en su discurso ante la prensa. «Me siento muy triste de que Mako haya estado en malas condiciones, mental y físicamente, debido a las acusaciones falsas«, recordó. Ambos han llegado a pedir perdón por la decisión tomada, por si alguien se siente ofendido.
Sólo admitieron cinco preguntas escritas de la prensa allí presente. Y a la pregunta sobre el estado mental de Mako, ella respondió: «No es bueno». El linchamiento en redes sociales al que fue sometida la pareja obligó a la joven a proseguir sus estudios en Estados Unidos. Allí trabaja en un bufete de abogados de Nueva York tras graduarse en la Universidad de Fordham. Regresó el mes pasado a Tokio para oficializar su boda. La joven ha renunciado a todas sus obligaciones públicas y a los ingresos provenientes de la familia. Ambos regresarán a Estados Unidos para iniciar allí su nueva vida.
Mako Komuro es sobrina del emperador Naruhito. Su padre es el príncipe heredero y se espera que herede el trono porque Naruhito tiene una hija y es poco probable que su esposa, la emperatriz Masako, de 57 años, tenga un heredero varón. Las estrictas leyes de sucesión de Japón prohíben a las mujeres ascender al Trono del Crisantemo y las obligan a renunciar a sus títulos si se casan con plebeyos. Kei Komuro y la princesa Mako anunciaron en 2017 que se iban a casar un año después, pero la disputa financiera surgió dos meses después y la boda fue suspendida.
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