Tras la gira por el continente africano, los duques de Sussex volvían a Reino Unido, para descansar y pasar unos día alejados de los actos oficiales y el trabajo. Sin embargo, parece que la tranquilidad va a tener que esperar, porque una nueva polémica vuelve a rodear a Harry y Meghan. Esta vez la noticia viene de la mano de sus vecinos y los estrictos requisitos que el matrimonio habría impuesto a los habitantes del condado de Berkshire.
Con la llegada de los duques de Sussex al vecindario, los habitantes de la zona habrían tenido que asistir a una reunión privada, donde se les habría informado de cuál debía ser su comportamiento si se cruzaban con algún miembro de la familia real por la calle. En dicha reunión, al parecer, se expusieron una serie de prohibiciones que no habrían sentado del todo bien a los vecinos, que las habrían calificado de “exageradas”.
Según lo establecido por Meghan y Harry, si algún vecino se encontraba al matrimonio por la calle, este no podría saludarle, ni entablar ninguna conversación con la pareja y, mucho menos, preguntar por el pequeño Archie o solicitar verlo. Pero las prohibiciones no se centrarían solo en ellos, sino que tampoco podrían acercarse o acariciar a los dos perros de los duques de Sussex. Del mismo modo, tampoco podrán ofrecerse para cuidar a Archie, realizar algún otro trabajo en la residencia familiar o enviar paquetes y cartas por correo.
El matrimonio, que se mudó a Frogmore Cottage en el pasado mes de abril, tras una remodelación que costó 2,6 millones de euros y que duró seis meses, tiene más de 400 vecinos, entre los que se encuentran, principalmente, funcionarios y empleados de la familia real británica, es decir, personas que sabrían perfectamente cómo comportarse ante la presencia de los duques, algo que podría haber motivado el enfado de algunos de los habitantes de Berkshire.
Frente a esta nueva polémica, el portavoz del Palacio de Buckinghan ha explicado que estas directrices no habrían sido expuestas como normas de obligado cumplimiento, sino una serie de consejos e informaciones, para que los vecinos de esta pequeña comunidad local pudieran dar la bienvenida a sus nuevos residentes y ayudarles en caso encontrase por casualidad a los duques de Sussex.
Desde que el pequeño Archie naciera, el pasado mes de mayo, la familia ya estaba instalada en su nueva residencia, la cual se encuentra dentro de los terrenos de la residencia real Frogmore House. La remodelación que llevaron a cabo los duques de Sussex se basó en remplazar las vigas de madera defectuosas del techo y la actualización del sistema de calefacción, además de renovar la instalación eléctrica, cañerías, el gas y agua. Unas obras básicas para acondicionar la residencia a las necesidades de la familia formada por el príncipe Harry, Meghan Markle y el pequeño Archie.
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