Charlene de Mónaco se había dejado ver discretamente tras su recuperación en Suiza pero no fue hasta ayer cuando realmente volvió a la vida pública del Principado. Lo hizo por todo lo alto, del brazo de su marido, acompañados de su sobrina y presidiendo una de las fiestas más míticas y queridas (junto al Baile de la Rosa) de la Familia Grimaldi, el Baile de la Cruz Roja.
Para la ocasión Charlene eligió un vestido de fiesta de Prada con el que estaba especialmente favorecida. Se trata de un diseño en color perla sin mangas, con cuello redondo y falda hasta el suelo ligeramente abullonada con incrustaciones de cristales y motivos florales.
Completaba el look con unas sandalias al tono de Versace, un clutch rígido de Judith Leiber y unas espectaculares joyas de Van Cleef & Arpels. Se trata en concreto del conjunto ‘Butterfly’ de pulsera y collar que se enroscan al cuello y la muñeca destacando en ellos las mariposas. Remató el look con unos pendientes de diamantes estilo botón y un maquillaje suave.
En el photocall a su llegada al Baile de la Cruz Roja, Charlene y el príncipe Alberto posaban para la prensa junto a su sobrina Camille Gottlieb, hija de la princesa Estefanía de Mónaco y Jean Raymond Gottlieb. Ella lució un diseño en color negro con detalles dorados y falda de tul semitransparente.
En cuanto al evento, contó como maestra de ceremonias con la cantante, pianista, compositora e intérprete Alicia Keys. Ella fue la encargada de amenizar la 73ª edición de la Gala celebrada en la Plaza del Casino de Montecarlo, una de las preferidas de Rainiero de Mónaco.
Fue en 1948 cuando el joven Príncipe presidió la primera Gala de la Cruz Roja de Mónaco que acababa de idear el Príncipe Louis II. Su objetivo fundamental fue contribuir a la financiación de acciones fieles al espíritu del humanista Henry Dunant, ganando en prestigio casi inmediatamente.
Así, el Baile de la Cruz Roja de Mónaco abrió sus puertas a un desfile de Christian Dior en 1952 e incluso a Zizi Jeanmaire en 1953. Sin embargo, no fue hasta 1957 cuando la gala tomó forma en la Salle des Étoiles acogiendo a artistas de renombre para espectáculos únicos cada verano.
En 2021 el Príncipe Alberto trasladó esta cita a la Plaza del Casino siendo Jamie Cullum el artista protagonista. La escena efímera, al igual que este año, sucedió en los jardines de Boulingrins, que convirtieron su explanada en una singular platea en la que se acomodaron dos mil invitados.
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