Actriz, escritora, profesora de interpretación cinematográfica. Assumpta Serna lleva 43 años haciendo lo que domina a la perfección, interpretar. Ha recibido más de 25 premios internacionales como mejor actriz por sus trabajos en 115 películas, en seis lenguas distintas. Ha participado en series tan diversas como Falcon Crest, Sharpe, Borgia o Aquí no hay quien viva. Ahora será “Minerva”, del 20 al 24 de julio, en el festival internacional de Teatro Clásico de Mérida.
The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
Assumpta Serna: La oportunidad de conocer y observar ideas de otros, imaginarlas y tratar de ponerlas en pie, de hacerlas realidad a través de la imaginación, experimentar aquello que nunca se te hubiera ocurrido, escoger con compromiso la acción que hay detrás de una idea…
Interpretar es una oportunidad de estudiar y escoger el por qué de cada acción, de cada palabra. Interpretar me sirve para comunicar pensamientos y sensaciones y dar la oportunidad de generar preguntas en el espectador. También interpretar quiere decir adquirir riqueza en el lenguaje, el contemplar exhaustivamente sentimientos de personajes ajenos al mío, empatizando o rechazando, nuevas formas de pensar y de sentir.
TL: ¿De niña ya apuntabas maneras, eras la “teatrera” de la pandilla?
Assumpta Serna: No he sido la teatrera, me ha gustado más observar. Pero sí me gusta experimentar con mis propias emociones. He tenido un don para la imaginación y el liderazgo. Desde pequeña siempre he asumido la responsabilidad de crear proyectos con tiempos limitados, con otras personas, y me ha gustado transmitirlos a los demás de manera clara y entendible. Me ha gustado siempre leer en voz alta, emocionarme con la precisión de un discurso, de una idea y emocionarme con la belleza de la nobleza y de la belleza.
TL: ¿En tus mejores sueños imaginaste llegar y conseguir lo que hoy tienes?
Assumpta Serna: Acabo de conseguir un sueño nuevo: escribir una obra para personas que quiero y ser dirigida por el mejor director/actor que conozco, Scott Cleverdon.
TL: ¿Cuándo te das cuenta que lo tuyo es contar historias?
Assumpta Serna: Creo que en las clases de francés y de literatura que me daban profesores en el Instituto de enseñanza Media Verdaguer, en Barcelona. Me daba cuenta de que no solo no me daba vergüenza, sino que me transmitía una particular emoción de plenitud poder transmitir sensaciones, ideas, opiniones para cambiar el estado de ánimo de cada espectador, provocar sonrisas y risas… a través de una acción, de un silencio.
TL: ¿Hacer teatro clásico es un plus? ¿El más difícil todavía de la interpretación?
Assumpta Serna: La obra de teatro que he co-escrito con Scott Cleverdon para el Teatro Romano de Mérida, Minerva, es una obra clásica, en el sentido que los temas que se tocan no están resueltos ni en la sociedad de hoy ni en la del siglo I D.C. Hemos hecho un proceso de investigación que se ha extendido durante los dos últimos años y que sigue en los ensayos… El hacer el contexto verosímil es de todas maneras igual en las obras modernas.
La esencia de la obra es acercar al espectador a procesos de pensamiento lógicos según las reglas de cada sociedad y contrastarlas con las de hoy. Ha sido un proceso rico al descubrir cuántas cosas dejó el Imperio Romano como legado en nuestra cultura española y europea. Las piedras del Teatro Romano de Mérida son las mismas ahora que entonces y sirven para lo mismo: exponer pensamientos, explorar sensaciones.
Hemos aprovechado este hecho con Scott en la escritura de la obra Minerva para imaginar la sensación de la perdurabilidad de aquello que hacemos, de preguntarnos qué nos gustaría dejar como legado a las generaciones futuras… uno de los temas de la obra.
TL: ¿Crees que el cine o el teatro deben tener un fin didáctico, pedagógico?
Assumpta Serna: Toda comunicación o diálogo entre personas, como es el teatro o el cine, tiene en sí el poder de la transformación de la propia idea, del propio juicio, de la aceptación de la idea de otro. El hecho mismo de acudir a un teatro a escuchar una historia de otro, debería abrir al espectador a este fenómeno tan inagotable y bello de la escucha entre personas, ejercicio siempre necesario para poder crecer.
Si cuando escribes pretendes que lo que escribes sea el fundamento de una obra didáctica, sobre todo si el escritor se coloca desde el punto de vista del que sabe, se hace difícil escucharlo…. Creo que el fin de toda obra no es generar modelos de conducta sino de cuestionar, de generar preguntas, de abrir la mente a otras posibilidades. Pero creo que, como autora, me ha gustado decir en el personaje de Minerva que sin amor no somos nada, y que escoger el amor como el motor del mundo te hace vivir una vida bien vivida.
TL: ¿Minerva era una mujer adelantada a su tiempo, que bien podría liderar movimientos progresistas actuales?
Assumpta Serna: Sí, hemos preferido tratar temas que resonaran en mujeres de hoy, sucesos que fueran relevantes a distintas generaciones. Creo que la obra está, sin quererlo, dirigida a proclamar el derecho a escoger, sin prejuicios. La obra reivindica la libertad para escoger a quien amamos, qué queremos mejorar y cómo tratar de vivir bien la vida que nos han dado.
Tanto Scott como yo nos hemos querido apoyar en personajes que fueran humanos, que cometen grandes errores, pero también aciertos en sus elecciones. A través de la obra hemos procurado que en una discusión entre los personajes cada persona en lucha con la otra tiene una parte de razón. Cada porqué, tiene también diferentes lecturas… Las verdades inamovibles imposibilitan la experimentación, la imaginación y seca el progreso.
TL: ¿Cuál es el legado que hoy permanece?
Assumpta Serna: En Minerva son las palabras que escribe Gaia, las piedras de los edificios que ponen en pie mi marido y mi yerno, como el Coliseo, el Puente de Alcántara o la familia que construye Minerva, tanto la de sangre como los amigos que elige para disfrutar del viaje de la vida por un ratito juntos.
TL: ¿Cuál fue el secreto para que se hiciese oír en un tiempo en el que la mujer tenía que ser muda?
AS: Ha habido muchos ejemplos de mujeres en la Historia excepcionales que no tienen nombre y apellido, pero que han sido las que han hecho grande una casa, una familia, la ciencia o las artes. El secreto es el amor, el querer pasar a otros lo que tú has aprendido con cariño.
TL: ¿Interpretarla en el entorno de Mérida es un añadido escénico para trasladarte a su época?
AS: Es absolutamente maravilloso, es un superpluscuamperfecto. La obra ha sido creada pensando en sus columnas, en sus dimensiones, en el sentido de comunión que se experimenta en el verano debajo de las estrellas en ese teatro clásico de Mérida. Es una experiencia ya difícil para transmitir como espectador y absolutamente recomendable a todo tipo de público.
Al escribirla nos hemos querido acercar a la humanidad de los personajes y haciéndolo, hemos viajado por nuestras propias vidas, destilando la esencia de nuestros propios porqués… Como actriz supongo que la experiencia será grandiosa porque tener delante a 3500 personas cada noche de las cinco representaciones es muy atípico; sobre todo después de todo el aislamiento en el que nos hemos encontrado los últimos años. Estamos contentos porque ya hay muy pocas entradas.
Toda la compañía estamos agradecidos a Jesús Cimarro y al productor/actor Fermín Núñez que han sido la tierra fértil para que germinara nuestra idea, nuestro sueño. El de escribir y dar trabajo a esos actores que habíamos conocido online durante los dos largos años de incomunicación, a los que llamamos nuestra Familia de cine y teatro. Estamos contentos porque ellos y ellas nos han inspirado para escribir personajes, creemos a medida, con las personas que nos apetecía, de una manera cómoda, cariñosa y comprometida.
TL: ¿Se puede ser imparcial cuando los sentimientos entran en juego?
AS: Creo que siempre es necesario y enriquecedor poder razonar con la otra persona nuestros propios sentimientos, ponerlos encima la mesa, expresar cómo nos sentimos. No creo que buscar la imparcialidad sea el objetivo, ni siquiera lo justo, en cualquier relación.
TL: ¿La forma más elegante de decir adiós?
AS: Una sonrisa que quiera decir, te quiero.
TL: ¿En qué situación has dicho “chapeau”, me quito el sombrero?
AS: Cuando las personas me hacen sonreír, cuando veo su compromiso con una idea, con un sentimiento, cuando veo su maestría en cualquier oficio, cuando me sorprenden, cuando han sabido crear belleza…
TL: ¿Qué te gusta hacer a tu manera?
AS: Absolutamente todo.
TL: ¿Qué es lo que mejor se te da hacer?
AS: Creo que actuar, ayudar a actores a conseguir sus objetivos. Me gustaría contestarte: “Amar” pero para esto me falta todavía mucho.
TL: Si pudieras ser otra persona o cosa ¿por qué /quién optarías?
AS: Me quedaría con Scott porque es totalmente opuesto a mí, porque le admiro, porque su cabeza es tan prolífica, su memoria tan precisa y su corazón es tan bueno…
TL: ¿Qué ha sido lo que realmente ha marcado tu vida?
AS: En el lado negativo quizás no poder tener hijos. Y en el lado positivo el hecho de no tener hijos, de haber podido escoger siempre con Scott, aquello que hemos querido… La tenacidad en mi profesión, la creatividad inagotable y el saber elegir para compartir mi vida con personas buenas, generosas e inteligentes, como Scott.
TL: ¿Qué pone en tu estado de WhatsApp?
AS: Siempre disponible.
TL: ¿A quién meterías en una máquina del tiempo?
AS: A mi madre y a mi padre, para decirles hace 30 o 40 años que les quiero de nuevo.
TL: ¿Qué locura has hecho para conocer a uno de tus iconos?
AS: La verdad, ninguna. No tengo muchos iconos.
TL: ¿A qué eres inmune?
AS: Me gustaría ser inmune a la envidia.
TL: ¿El insulto hace callo?
AS: No, el insulto es una desgracia en nuestra sociedad. Es signo de ignorancia.
TL: ¿Marca España es…?
AS: Nuestros artistas, nuestros científicos, nuestros profesionales en todas las áreas y sectores que luchan por cambiar a mejor, tanto a ellas como a las personas que tienen a su alrededor.
TL: ¿Qué no falta nunca en tu maleta?
AS: Mi ordenador.
TL: ¿La suerte es más definitoria que el talento?
AS: Yo no me preocupo por la suerte. Si llega es una sorpresa agradable y si no llega, tu talento te define siempre mucho mejor.
TL: ¿A qué te suena la vida?
AS: A silencio, a color azul y verde, a mar frío, a carne caliente, a sol.
TL: ¿La belleza da poder?
AS: Sí, sobre todo hay que procurar ser bellos internamente. Tu poder entonces es transformador, puedes cambiar, puedes hacer lo que quieras.
TL: ¿El dolor más intenso?
AS: La mediocridad.
TL: ¿Ser elegante es…?
AS: No pretender serlo.
TL: ¿Qué te hace perder la templanza?
AS: La estupidez.
TL: ¿Con quién compartirías la cena de tus sueños?
AS: Con amigos y con Scott a mi lado, para poder compartir lo vivido.
TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
AS: Ámate más a ti misma.
TL: Sé que han sido muchas pero, ¿hay una pregunta que no te he hecho y te habría gustado?
AS: ¿Quién es la Familia de cine? Te contesto para que te dirijas a nuestra web: www.familiadecine.com
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