#CloseTo… Jon Kortajarena: «El cine me hace sentir libre»

Entró en el mundo de la moda por la puerta grande y la interpretación le está dando muchas alegrías. Hablamos de cerca con uno de nuestros bilbaínos más internacionales.

Amalia Enríquez. 19/09/2017

Es de Bilbao y eso, dicen, imprime carácter. Ya, en el momento de nacer, apuntaba maneras. En sus rasgos felinos se veía que había irrumpido en este mundo para ser diferente. Hijo de funcionario y peluquera, Jon escogió el sensato camino de los estudios. Amante del tenis, el cine y la lectura, estaba decidido a cultivar su creatividad “decorando interiores” al terminar en el instituto, pero el destino le rompió los esquemas en un solo golpe de azar.

Esa belleza, que nunca valoraba al mirarse al espejo, le puso en el camino del éxito. Tuvo que asimilar, en milésimas de segundo, que dejaba las aulas, los apuntes y los exámenes por los backstages, los fitings y los viajes encadenados. Se tomó esta aventura como una oportunidad única y no se puso plazos, tal vez porque intuyó que la misma vida le pondría los límites.

Apostó por el mundo de la moda aunque en su familia no le apoyaban

The Luxonomist: …pero aún no te los ha puesto…
Jon Kortajarena: Nunca imaginé llegar adonde estoy y de la manera que lo he hecho. Aún recuerdo la primera entrevista de mi vida. Me la hiciste tú, con 17 años, en Barcelona. Eran los primeros días de mis comienzos. Tenía la melena larga, vivía en un piso de la agencia de moda y no tenía ni idea de cómo me iba a tratar la vida. Y ya ves…

TL: ¿Cómo ha sido la travesía desde aquel apartamento a la actualidad, codeándote con todo Hollywood?
JK: ¡Buufff! Una auténtica aventura en la que he pasado miedo, en la que a veces me he sentido solo, otras muy valiente, muy inconsciente. El lidiar con todo eso ha hecho posible crear el camino en el que estoy en este momento.

TL: Ya sabes que los sueños, a veces, se cumplen…
JK: No lo dudes, por eso hay que tener cuidado con lo que se sueña (risas).

Tom Ford le dio la oportunidad de comenzar en la interpretación

TL: Tú has sido afortunado porque mucho de lo soñado se ha ido cumpliendo…
JK: Es verdad. ¿Te acuerdas que te dije, muy al principio, que quería ser actor? Hasta que llegó el momento, pasé muchos años en la moda. Ya parecía que no llegaría a materializarse y, sin embargo, ahora es el centro de mi vida. Hubo momentos en los que estaba tan inmerso en la moda que no veía el momento de que llegase la oportunidad de la interpretación pero, cuando todo sigue su cauce, das prioridad a lo que realmente se la merece y tienes paciencia. Si es para ti, ¡llega!.

TL: Y apareció Tom Ford. Un hombre de moda que dirigía una película…
JK: Así fue. Llegó a mis manos ‘A single man’ (Un hombre soltero), al lado de Colin Firth. Hice ese trabajo a partir de la intuición, pero sí me di cuenta de que respetaba mucho al actor que quería ser y que, para alimentar ese respeto, tenía que formarme porque a la gente no se la puede engañar. Ni a uno mismo tampoco, porque se acaba pagando caro. Y eso es lo que hice, prepararme en el Centro del Actor. Empecé a formarme, a ver la parte de juego que hay en esta profesión y, desde el juego, siento que he sido capaz de aprender muchas cosas para el actor, pero también para el hombre que quiero ser.

TL: Supongo que encontraste, en ese momento, un punto de inflexión…
JK: Sí, en muchos sentidos. Fue una puerta que se abría sin cerrar otras, pero que marcó un antes y un después para mí.

Dice que está en un momento inmejorable

TL: ¿Tienes la sensación de que la moda te abrió el camino a tu verdadera vocación?
JK: La moda no fue una disculpa en mi camino al cine, un medio sin más. Fue super importante y lo sigue siendo. Le estoy muy agradecido y sé que muchas cosas que aprendí en la moda no las voy a aprender en la interpretación y al revés. Quiero seguir trabajando en la moda, de hecho lo estoy haciendo. Me encuentro ya en un sitio, dentro de ella, que me gusta mucho. No es como al principio, que tenía que hacer cosas que no me apetecía para poder trabajar. Mi momento ahora es de privilegio máximo, recogiendo los frutos de lo que he sembrado en estos trece años trabajando como modelo y empezando en algo que me estimula, que me hace sentir libre. La moda, lo hemos hablado muchas veces, es un mundo que consiste en aparentar ser perfecto. No importa lo que seas, pero lo que hay que hacer siempre es aparentar, aparentar y aparentar. Y, de repente, llega la interpretación y te encuentras que es justo todo lo contrario. Lo que hago ahora es humanizar, dar realidad, empatizar y aceptar, incluso hasta rendirse. Y trabajar así es tan estimulante….

TL: ¿Te sentiste utilizado en la moda en algún momento?
JK: No, creo que nos hemos utilizado ambos. La sensación que tengo es de que estamos en paz.

TL: Vamos a recordar años anteriores al éxito. ¿Fuiste un niño feliz?
JK: Uuuhhmm, sí.

Su primera película en el cine fue Dumbo

TL: No te veo muy convencido…
JK: Siento que en todas las casas “cuecen habas” y que todo el mundo tiene sus cosas. Me recuerdo un niño insatisfecho, pero feliz.

TL: ¿Insatisfecho por qué?
JK: Porque quería volar, tenía muchas ganas de hacerlo, no tenía las herramientas y no era el momento. Había una necesidad muy grande de descubrir el mundo y, sobre todo, de descubrirme a mí. Sabía que tenía una familia muy protectora, que para lo bueno era muy bueno, pero había una parte de mí que necesitaba explorar como hombre y como persona apartada de mi familia.

TL: ¿Cuándo llegó ese momento soñado?
JK: En el instante en que empecé a trabajar como modelo. Cuando un día, hace unos 15 años, le planteo a mi familia que quiero ser actor y marcharme a Madrid para prepararme, no fue posible. Ellos no tenían medios para que eso se hiciese realidad y tampoco tenían claro de qué iba a vivir y cómo iba a resultar esa aventura. Yo me acobardé un poco y la moda se me planteó desde un punto tan fácil, desde el primer momento, que me lancé. No sabía lo que significaba ser modelo, pero me garantizaban viajar y una seguridad económica. En ese momento era lo que necesitaba y no lo dudé.

TL: Pensaste en ti y no en todo lo demás…
JK: Es cierto, pero lo necesitaba. Sabes que mi familia no lo llevó nada bien, todo lo contrario. Fue un dramón. Les pedí que me dejaran probar solo un año y, si la cosa no funcionaba, me quedaba con la experiencia y volvía a casa.

TL: Y mamá Nuria, ¿qué dice hoy?
JK: ¡Qué va a decir! Tú lo sabes, está muy orgullosa. Lo que más valora no es dónde he llegado, sino con la dignidad y los valores con los que me he ido moviendo en este mundo que, a veces, no es fácil.

TL: ¿Te imaginas haciendo otra cosa?
JK: Teniendo claro que me siento fascinando por todo lo que la interpretación me está dando y descubriendo, creo que con amor todo lo demás es prescindible. Y no me refiero solo al amor de una pareja, sino al que uno puede llegar a dar ayudando a los demás.

‘Titanic’ es una de sus películas imprescindibles

TL: ¿Ese niño insatisfecho iba al cine?
JK: Sí, mucho. No me puedo olvidar de la primera vez que vi ‘Dumbo’ y, a partir de ese momento, mi madre no me dejó nunca más ver una película de Disney, porque lloré tanto, tanto… El problema no era llorar en la película sino que, semanas después, seguía llorando al acordarme de la historia, así que mi madre dijo “se acabó”. Y así fue.

TL: Y en la travesía de la madurez, ¿cuál es esa que ya se ha convertido en imprescindible?
JK: Hay tantas, Amalia. Muchas las tengo en esos DVD que me regalaste hace años. ‘Las amistades peligrosas’, ‘Cinema Paradiso’ (me acercó mucho al niño actor que llevaba dentro), ‘Titanic’…

TL: Imagínate que encienden ahora esa televisión que tenemos delante, y ponen una de tus películas. ¿Cambiarías de canal o te quedarías a verla?
JK: Si tengo la oportunidad de verla entera, me quedo para refrescar y valorar mejor el trabajo. Si va a ser solo un ratito y para criticarme, prefiero apagarla y pasar mejor a otra cosa (risas).

Así se hizo el selfie de la portada con nuestra compañera Amalia Enríquez

TL: ¿El peor crítico sigue estando en casa?
JK: ¡Cómo lo sabes! Sigo siendo tremendo para eso. Si creo que puedo tener posibilidades de hacer algo constructivo, me doy una oportunidad. Si voy a pasar un mal rato sacándome defectos, prefiero no verlo y cuidarme un poquito.

TL: Al margen del cine, ¿la lectura te gustaba de niño?
JK: Sí, de hecho leía pero me aficioné más en la adolescencia. He tenido gente a mi lado que me ha acercado mucho a la lectura, compartiendo libros que le han gustado y que, de repente, al leerlos me han marcado. En la lectura hay un amplio terreno para explorar y lo he aprovechado más para distraerme que para aprender, aunque es inevitable que siempre te quede algo.

TL: ¿Ahora lees algo más que guiones?
JK: Pues no (risas). Fíjate, hasta hace poco leía muchos libros pero de los últimos años a esta parte, son los guiones los que copan mi tiempo. Y eso no es mala señal. Al principio me pasaba una cosa curiosa cuando los leía, me sentía como un niño pequeño que se metía en la historia, paraba de leerla, reflexionaba. Ahora ya no, ya me concentro mucho más y he cogido mucha más fluidez para leerlos y, sobre todo, en la primera toma de contacto.

Recomienda la lectura de ‘El último Catón’ y ‘El Principito’

TL: Si te pido que me recomiendes dos libros que no puedo dejar de leer…
JK: ‘El último catón’ y ‘El Principito‘, que ya sé que es un clásico pero, también, imprescindible.

TL: Dime ahora, como cierre de esta conversación, qué pensaría el Jon insatisfecho del hombre maduro en el que te has convertido.
JK: Yo creo que estaría orgulloso. Las cosas en la vida nunca son como las planeas, pero pueden ser mejores. Yo siento que la vida ha sido generosa conmigo pero, aun no siendo la ideal en algunos momentos, ha llegado a ser más excitante y emocionante de lo que nunca habría imaginado.

Su último trabajo en ‘Pieles’ le ha empezado a situar en el lugar de los actores a tener en cuenta. Le espera el estreno de ‘La verdad’, serie de T5 al lado de Lydia Bosch. En los próximos meses, habrá que acostumbrarse a verle con cierta frecuencia. Será buena señal.

*Localización: Only You Hotels. *Próxima semana: Lolita.

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