Nunca habían trabajado juntos ¡y no por falta de ganas! Simplemente hacía falta un proyecto que apostase por los dos. Mario y Óscar Casas se admiran y respetan profundamente. Practican la sana necesidad de alimentarse de la unidad familiar y lo notas simplemente en sus miradas. Teníamos pendiente un encuentro conjunto y el estreno de la serie “Instinto” era la disculpa perfecta. Pasados ya dos meses de su estreno, la historia sigue dando mucho que hablar…
The Luxonomist: Aquí estoy, dispuesta a que me contéis de todo. En eso quedamos…
Mario Casas: Yo te lo prometí y cumplo con mi promesa. Te dije que, cuando se estrenase la serie, haríamos una entrevista los tres porque yo ya había visto el trabajo de Óscar y creía que era importante compartir ese momento. Hemos hecho tú y yo tantas entrevistas, que era bueno que en esta estuviera también él.
TL: ¿Cuánto tiempo habéis luchado por trabajar juntos?
Óscar Casas: Desde siempre. Luchar no tanto porque ya sabes que no siempre se dan las circunstancias. Hacía falta una casualidad y así lo hemos conseguido.
TL: Porque es justo decir que, en la serie, no estás por ser el hermano de Mario, sino porque te lo ganaste sin una premeditación previa…
MC: Se lo ha ganado a pulso. Tú la has visto ya y coincidirás conmigo que hace un papelón. Al final, sobran las palabras. Lo que tiene que hacer la gente es verla y sacar sus propias conclusiones. Desde mi perspectiva y mi experiencia de años, sí puedo decir que el trabajo es espléndido, muy de verdad y le da frescura a la serie. De todos los personajes, al final, el suyo es el que te deja un recuerdo especial.
TL: Ver tu interpretación, Óscar, me llevó a Dustin Hoffman en “Rain Man”…
OC: ¿En serio? Pues que sepas que es uno de los personajes con los que trabajamos como referencia. Yo me apoyé mucho en Leonardo DiCaprio en ¿Quién ama a Gilbert Grappe? Y me ayudó muchísimo para construir este personaje, aunque él no tenía autismo como Hoffman, pero me sirvió mucho su interpretación.
TL: Es el tipo de personaje con riesgo porque, si te pasas, puedes caricaturizar algo tan delicado como es el autismo…
OC: Exactamente. La línea es muy fina. La verdad es que estuve toda la serie con un desgaste mental muy grande. Llegaba a casa reventado emocionalmente. Me resultó difícil encontrar a José, encontrar el punto adecuado. El mes de los ensayos, previo al rodaje, para mí fue lo mejor porque me supuso diversión. Fue un tiempo de búsqueda del personaje, de encontrarle el punto y creo que lo conseguí.
TL: ¿Ensayabais juntos en casa?
MC: No, yo le descubrí en el casting. Su personaje lo probaron con otros actores y, como no acababan de encontrar el perfil, alguien dijo de intentarlo con él. Se preparó a prueba muchísimo. Hizo varias y con él yo hice la última. Fue la mejor de todas y se dieron cuenta que, ya en el casting, Óscar había encontrado al personaje, ya era José, era mágico y muy de verdad. Como decíamos antes, es un personaje delicado porque, si te pasas, te puedes meter en un sitio socialmente muy complejo y te pueden criticar mucho. Se ha tirado a la piscina con algo que me parece muy valiente por su parte y de admirar. A mí me encantaría hacer un personaje como el suyo. Es algo que aún no he probado en mi carrera.
TL: ¿Tuvisteis que controlar vuestros afectos? Porque tu personaje, Mario, es muy poco empático…
MC: Tienes toda la razón. No fue fácil porque lo que yo quería, cuando le veía en las escenas, era empatizar con él, abrazarle y jugar los dos …y tenía que hacer todo lo contrario, no rechazarle pero casi, porque mi personaje no sabe dar cariño, entre otras carencias que tiene. Apenas hay acercamiento entre nosotros en toda la serie.
TL: ¿Sois vuestros críticos más exigentes?
OC: Yo prefiero que la crítica me la haga alguien ajeno a la familia porque, aunque siempre nos decimos la verdad y lo que pensamos, no deja de ser familia.
MC: Conmigo han sido igual de sinceros que con él. A nuestro hermano Christian le ha gustado mi personaje, pero a mi hermana y mi madre no. Y me lo han dicho sinceramente. No han empatizado con el personaje.
TL: Es complicado hacerlo, Mario…
MC: Lo sé, pero fue mi decisión. Marco Mur es un tío que no va a caer bien, con el que no vas a empatizar y, tal vez, en la última secuencia del último capítulo le vas a entender porque descubres quién es y que es así por lo que le ha pasado cuando era un niño. No hemos querido ir a lo fácil y ese es el reto, pero también el riesgo.
TL: Yo no empaticé pero, por momentos, me diste pena…
MC: Lo entiendo perfectamente. En el aspecto físico es un palo, rígido, introvertido, no sonríe. En los ocho capítulos, salvo un momento en el primero, no me meto las manos en los bolsillos, ni hago nada con ellas. Es una decisión también y he sido fiel a eso en los ocho capítulos.
OC: A mí me ha encantado el trabajo que ha hecho. Siempre he dicho que su personaje es mucho más complicado que el mío y me gusta porque ha arriesgado. Él también tiene un trastorno, pero no es visible.
MC: No me arrepiento de haber tomado ese camino. Cuando oigo los comentarios de la gente, entiendo que les pueda parecer un personaje soso, plano e introvertido. Les comprendo porque Marco Mur está trabajado desde ahí, es alguien con muchísimas corazas. Le acabas entendiendo en la última escena del último capítulo. Mi madre, cuando lo vio, se quedó muy impactada y dijo “¡Esto es muy fuerte! Este chico sufrió mucho.
TL: ¿Es una serie para ver solo? Porque en familia ¡como que no!…
MC: O para verla en pareja.
TL: Ahí puedes correr el riesgo de que tomen nota de las escenas del club privado…
MC: Eso sería algo bueno. Marco tiene un trauma sexual, pero no estamos contando el club como algo negativo o algo malo. Si la ves en pareja y cogen ideas ¡ojalá!, porque se lo van a pasar bien (risas). Si el erotismo del club traspasa la pantalla ¡bienvenido sea! La serie tiene todo el rato un tono sensual y erótico que no molesta.
TL: Con esa timidez que nunca te abandona ¿Ha habido escenas de “Dios mío, esto no lo voy a poder hacer”?
MC: Sí, sí, sí… En el capítulo 7 hay una práctica sexual que tiene este tipo, porque está caminando hacia el infierno, que me costó mucho. Me vi solo, delante de un equipo… y es duro, sí. Aunque, si te digo la verdad, llega un momento que en el ¡corten! te tapas con las manos y esperas a la siguiente (risas). Cada vez que él iba al club era por algo emocional y yo me refugié en eso para sentir menos pudor.
TL: ¿El club era real?
MC: Lo recrearon por completo. De manera que, cuando entrabas allí, vivías el ambiente desde el momento cero. El primer día la gente estaba nerviosa pero, al segundo, todo el mundo estaba ya en faena. Es cierto que yo me movía entre gente desnuda, que practicaban sexo. Aquí no había calcetín (risas) y, después de dos semanas de rodaje, acababas encontrando todo normal, pero no dejó de ser difícil, esa es la verdad. De hecho, no se ha emitido todo lo que se ha grabado.
TL: Te has dado cuenta que Óscar viene pisando fuerte ¿Estás preparado para que un día te llamen “el hermano de”..?
MC: Ya me lo dicen (risas). Hoy, sin ir más lejos, estaba en un súper comprando y unas niñas de uniforme, que salían del cole, empezaron a decir “es el hermano de Óscar, el hermano de Óscar”. Hay una generación de gente más joven, millennials, que se han creado en redes sociales y no en el cine o viendo una vez a la semana una serie, como hacíamos nosotros.
TL: ¿Por eso le llamas carca?
OC: Va mejorando, le voy enseñando poco a poco” (risas). Le gusta que le edite las fotos de Instagram, que le cambie el colorcilto…
TL: ¿Por qué discutíais de pequeños vosotros?
OC: Discutimos más ahora que de pequeños, nos picamos muchísimo. Somos muy competitivos en los juegos. Desde que ha entrado en la adolescencia, no deja de pincharme. Nos picamos en el ping pong, en el futbolín ¡y nos destrozamos! En esos momentos, no existe el hermano. Ahí no hay límites.
TL: ¿Quién es el más familiar?
MC: Yo creo que él por el momento en el que está.
OC: Ahora mismo sí, yo necesito mucho más a mis padres pero, en general, todos los hermanos somos muy familiares y estamos todo el día juntos, aunque Mario ya vive solo pero muy cerca de nosotros.
TL: ¿Qué es lo mejor de Óscar?
OC: Su manera de ser, su naturalidad. Es un chaval súper cariñoso, muy bueno. Yo me veo reflejado en él a veces, pero yo era más gamberro. También es verdad que mi madre me tuvo a mí con 17 años y el cariño que me dio era desde otro sitio. Cuando nació Óscar ya había criado a tres hijos y sabía la manera de expresarlo de otra forma. Es mi hermano ¡qué te voy a decir de él!, pero tiene un fondo muy bueno y, además, mucho talento y un inteligencia emocional que yo, a su edad, no tenía”.
TL: ¿Pelearíais por el mismo papel?
MC: Nunca, no no no…
OC: Mira que somos competitivos. En un juego podríamos “matarnos”, pero no cabe la idea de competir por algo así.
MC: Cada uno tiene que tener su viaje y su camino. Por suerte, como le llevo 12 años, nunca se dará la circunstancia de que compitamos por el mismo personaje. No tenemos esa necesidad.
TL: ¿Lo mejor de Mario?
OC: Lo familiar que es. Él da mucho cariño y daría todo por su familia. TODO. Se deja la piel con todos, se preocupa por todos y tiene un corazón enorme. No le cabe en el pecho” (risas).
TL: ¿Algo que te desquicie de él?
OC: Que siempre tiene que llevar la razón. Entra en un bucle y llega a desquiciarte de verdad. Tiene la habilidad de hacerlo muy rápido y hay momentos que le quieres ahogar (risas).
TL: ¿Y a ti de Óscar?
MC: ¡Que me robe la ropa del armario! Más de una vez me he puesto de muy mala leche con eso. No me gusta que me la coja y si la quiere ¡que me la pida! Y yo se la dejo, pero me molesta que vaya por detrás sin decirme nada.
OC: He encontrado la solución.
TL: ¿Cuál?
OC: Antes, cogía la prenda y dejaba la percha, entonces se daba cuenta enseguida. Ahora me llevo la percha (risas).
TL: De todas formas, es muy ordenado y seguro que se da cuenta…
OC: ¡Cómo le conoces! Se da cuenta al momento. Yo creo que cada noche, cuando llega a casa, abre el armario, cuenta la ropa, la huele y se va a la cama (risas).
MC: También te digo que voy cogiendo cosas de los personajes, me he dado cuenta con el tiempo. Y el orden meticuloso lo he perfeccionado con Mario Mur, me he vuelto obsesivo compulsivo con la ropa. No lo era tanto antes.
TL: ¿Habéis leído que os llaman los “Casashian”?
MC: ¿En serio? (risas). Mi familia da para un programa y a nuestra hermana le encantaría hacerlo (risas). A mí me costaría más, pero ya tenemos suficiente con lo que tenemos como para pensar en esas cosas.
TL: Espero que volvamos a repetir…
MC: Nos vemos pronto. Estreno “Adiós” en muy poco, así que te espero para seguir sumando entrevistas y selfies (risas).
TL: ¡Eso está hecho! Un placer, como siempre. Y me ha caído muy bien Óscar…
MC: Lo sabía, por eso te dije que teníamos que hacer una entrevista los tres…
Localización: Guaimaro (c/Velázquez 48)
Próxima semana: Leonardo Sbaraglia
Como ya es habitual desde hace décadas, Carlos III reunirá esta Navidad a los miembros… Leer más
Tener una camiseta firmada por Messi, Lamine Yamal o Xavi Hernández y además contribuir con… Leer más
En el corazón de La Mancha y con leche cruda de oveja se elabora el… Leer más
‘El Dalí más grande del mundo’. Ese el título elegido por el Teatro Fernando de… Leer más
El grupo Kering afronta 2025 con nuevos retos y entre sus planes estaría una reorganización… Leer más
Los príncipes de Gales por fin han publicado su felicitación de Navidad. El príncipe William… Leer más