Manu Vega: “Ser actor a veces es tan precario que te hace pensar si es el camino adecuado”

Vive en Los Ángeles y ha trabajado con los grandes a los que admiraba y con los que había crecido viendo sus trabajos. Manu Vega nunca imaginó que podía ser actor hasta que un día se dio la oportunidad de probarlo y ya no ha abandonado la interpretación. Nunca ha hecho locuras por conocer a uno de sus iconos y acepta la servidumbre de la fama con cautela. Le vemos en “Lobo feroz“, un thriller oscuro en el que su personaje pone un rayo de luz.

The Luxonomist: ¿Qué has descubierto en la interpretación que no encontraste en otra actividad de la vida?
Manu Vega: Nunca me he interesado tanto por nada en mi vida como lo he hecho por el cine. He crecido viendo películas e incluso antes de plantearme ser actor, siempre me sentí fascinado por la idea de vivir la vida de otras personas. Supongo que siempre estuvo ahí y yo lo descubrí más adelante.

TL: ¿De niño eras el teatrero de la pandilla?
MV: Mis amigos te dirían que sin duda.

TL: ¿Cuál ha sido ese punto de inflexión que determinó que este era tu camino?
MV: Nunca fui un gran estudiante en el colegio y siempre tuve claro que una carrera o un trabajo convencional me costaría mucho mantenerlo toda mi vida. Nunca me había planteado ser actor, pero la idea de formar parte del mundo del cine y del teatro de la manera que fuera me motivaba más que cualquier otra cosa. Me di la oportunidad de probar e hice las pruebas de acceso a la RESAD. A partir de ahí todos los estímulos que tuve me hicieron ver que con mayor o menor fortuna en lo laboral me sentía muy a gusto en ese mundo. Encontré mi sitio.

“Siempre me sentí fascinado por la idea de vivir la vida de otras personas”

TL: ¿En algún momento te has arrepentido de haber seguido tu instinto?
MV: Muchas veces me he replanteado las cosas, sobre todo cuando vas cumpliendo años y piensas que tomar un camino diferente cada vez es más arriesgado. Ser actor es tan precario en muchos sentidos que te hace pensar a menudo si es el camino adecuado. Al final es la vocación lo que hace que no rompas con todo, sobre todo cuando estás empezando.

TL: ¿Cómo se ve el mundo de la interpretación desde LA, donde vives?
MV: La verdad es que la vida en Los Ángeles es muy diferente a la que tenía en Madrid. Es una ciudad donde las distancias para todo son inmensas y, sí o sí, necesitas coche para moverte. Cuando todos los casting eran presenciales antes de la pandemia, podías pasarte horas de un lado a otro. Pero con la llegada de los selftapes para los primeros filtros nos lo han puesto más fácil (ríe) y me permite disfrutar de la playa y de la temperatura que en rara ocasión baja de los 20 grados. Es cierto que Hollywood atrae a muchos aspirantes a actores y actrices que luchan por llegar y se conoce gente muy interesante. Una de las cosas que al principio vi más distintas es que en LA no accedes a ninguna prueba sin un manager o un agente.

TL: Huyes de los focos y de la popularidad. ¿No estás preparado para la servidumbre de la fama?
MV: No lo llamaría huir tampoco, pero es verdad que siempre he sido muy discreto en todos los ámbitos de mi vida. Disfruto de verdad de mi trabajo como actor cuando estoy rodando, como es lógico por otro lado. El resto sé que forma parte de esta vida y si tienes trabajo es algo con lo que tienes que aprender a lidiar. Por eso te digo que no es huir, pero si lo puedo evitar, lo evito.

“Nunca fui buen estudiante. En la interpretación encontré mi sitio”

TL: ¿Trabajar con actores consagrados como Óscar Jaenada en La octava Cláusula o Javier Gutiérrez en Lobo Feroz intimida o te creces ante la adversidad?
MV: Intimidarme nunca, lo veo como una oportunidad enorme de aprender de ellos. Trabajar con gente con talento es un regalo que recibo con los brazos abiertos. Les guardo un respeto absoluto a ambos, porque he crecido viendo su trabajo, y es un lujo tener la oportunidad de estar a su lado en el set.

TL: ¿Qué viste en Álex, tu personaje, para no dejarlo escapar?
MV: La película tiene un tinte muy oscuro y mi personaje es directamente lo opuesto a todos los demás en ese sentido. Trae un poco de luz y aliviana un poco toda esa energía del thriller. Es un personaje que no pasa desapercibido y que en mi opinión tiene cosas muy mágicas con las que muchas personas van a empatizar.

TL: ¿Se puede ser imparcial cuando los sentimientos entran en juego?
MV: A veces cuesta mucho serlo pero, si no somos imparciales, creo es importante al menos ser consciente de que tomamos las decisiones sin serlo. Pero incluso eso es difícil a veces.

TL: ¿La forma más elegante de decir adiós?
MV: Diciendo hasta pronto.

“Trabajar con gente con talento es un regalo que recibo con los brazos abiertos”

TL: ¿En qué situación has dicho “chapeau”, me quito el sombrero?
MV: En muchas en mi vida.  Normalmente cuando la gente es valiente y actúa de una manera aún sabiendo que va en su detrimento, pero que es lo justo en esa situación.

TL: ¿Qué te gusta hacer a tu manera?
MV: Todo.

TL: ¿Lo que mejor se te da hacer?
MV: Sigo buscando qué es lo que hago mejor. Se me da bien escuchar a la gente.

TL: ¿Qué ha sido lo que realmente ha marcado tu vida?
MV: Enfrentarme a mí mismo cuando lo necesitaba.

TL: ¿A quién meterías en una máquina del tiempo?
MV: Me metería yo, me encantaría conocer tantos lugares y momentos. Eso sí, más pasados que futuros.

TL: ¿Qué locura has hecho para conocer a uno de tus iconos?
MV: Me temo que no he hecho ninguna locura por conocer a alguien. Hay personas a las que admiro mucho, pero nunca me he visto en la situación de hacer una locura. No digo que no lo haría, me ha faltado la oportunidad.

“No huyo de la servidumbre de la fama pero, si la puedo evitar, lo hago”

TL: ¿A qué eres inmune?
MV: A nada.

TL: ¿El insulto hace callo?
MV: Mucho.

TL: ¿Marca España es…?
MV: La familia.

TL: ¿Qué no falta nunca en tu maleta?
MV: Un buen par de zapatillas.

TL: ¿La suerte es más definitoria que el talento?
MV: La suerte culmina lo que el talento y el trabajo han creado.

TL: ¿A qué te suena la vida?
MV: A Paco de Lucía.

“Se me da bien escuchar a la gente”

TL: ¿La belleza da poder?
MV: Y lo quita.

TL: ¿El dolor más intenso?
MV: El de la pérdida.

TL: ¿Ser elegante es…?
MV: Saber donde estar.

TL: ¿Qué te hace perder la templanza?
MV: Las mentiras.

TL: ¿Con quién compartirías la cena de tus sueños?
MV: Con mi familia, mi pareja y mis amigos.

TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
MV: Cuando me dijeron que no estaba preparado.

TL: Han sido muchas pero, ¿hay una pregunta que no te he hecho y te habría gustado?
MV: ¡No se me ocurre ninguna! 😊