Máximo Huerta: «Sufro por adelantado por casi todas las cosas»

Amalia Enríquez. 01/03/2024
Foto: Editorial Planeta

París despertaba tarde” ha venido a llenar de luz y alegría la vida de Máximo Huerta. Lo necesitaba. “Pensar que solo han pasado las cosas buenas, sería verdaderamente triste. Es necesario estar abierto a cosas bonitas y tener la casa lista. O el corazón”. Por eso, al menos, está convencido de que lo mejor siempre está por llegar. Cada vez mira menos atrás y tiene la certeza de que un abrazo en muchas ocasiones habría solucionado muchos malentendidos y ofensas…

The Luxonomist: ¿Qué te emborracha de la vida?
Máximo Huerta: El amor me emborracha bastante. Sobre todo los inicios, cuando el corazón se ensancha y se prepara para la ficción. Me emborracha también pasear con Leo por el campo, me emborracha el mar, me emborracha terminar un libro.

TL: ¿Despertar tarde resta vida?
MH: No lo sé, depende de las horas que uno gaste. Yo soy de madrugar. Ya consumí mis noches en Madrid. Pero la vida solo se resta cuando no se gasta. ¡Qué pena!

TL: ¿Eres de los que sufres por adelantado?
MH: Casi todas las veces y por casi todas las cosas.

“Me he olvidado de muchas personas y reproches”

TL: Mirar atrás… ¿solo para escribir?
MH: Cada vez tengo menos tendencia a mirar atrás. Es un ejercicio que me he propuesto. Para escribir es necesario, eso sí.

TL: ¿Cuando te pones a escribir una historia sabes cómo va a terminar?
MH: Siempre, escribir una novela es caminar por un recorrido que tú decides. Necesito saber adónde voy. Para todo lo demás, la vida. Esa sí que no sabes cómo ni cuándo termina.

TL: ¿Hay cartas no enviadas en tu mochila?
MH: Muchas, pero creo que muchas cartas no enviadas ya no sé ni dónde las he puesto. Me he ido olvidando de muchas personas y de muchos reproches. No hay venganza en mi hoja de ruta.

TL: ¿Sueles pensar lo que pudo haber sido y no fue?
MH: Sí, pero en este momento de mi vida, lo paso por alto o le dedico menos tiempo. Intento no detenerme.

“El amor me emborracha bastante y terminar un libro, también”

maximo huerta
Foto: Editorial Planeta

TL: ¿Son buenas las segundas oportunidades?
MH: Si uno las necesita, sí. Si uno quiere insistir, bien por él. Pero no para todo. Hay momentos en los que si vuelves a ver el mismo árbol en el bosque es que te has perdido.

TL: ¿Qué esperas que salga de este despertar parisino?
MH: Alegrías. Esta novela ha venido para llenarme de alegría.

TL: ¿Siempre te quedará esa ciudad?
MH: Cada vez que voy es nueva y me siento nuevo. Eso es París. También en la vida. Por supuesto en la novela. Y ojalá más a menudo.

TL: ¿Eres de cocinar la vida a fuego lento?
MH: Soy impulsivo y un poco impaciente.

TL: ¿Lo mejor siempre está por llegar?
MH: Al menos, está por llegar. Pensar que solo han pasado las cosas buenas sería verdaderamente triste. Es necesario estar abierto a cosas bonitas y tener la casa lista. O el corazón.

“La vida solo se resta cuando no se gasta”

TL: ¿A qué momento de tu pasado regresarías?
MH: A los años 30. Los míos. Esa década fue divertidísima.

TL: ¿Tu mayor conquista?
MH: La tranquilidad que tengo ahora.

TL: ¿Recuerdas ese momento de absoluta felicidad?
MH: Ha habido muchos momentos de absoluta felicidad, solo que duran poquito. O son sorbos. Un mensaje, un premio, una fiesta, un beso, una atmósfera, unas vacaciones…

TL: ¿Qué no le perdonarías nunca a un amigo o a alguien a quien quieres?
MH: Los borro de mi agenda del móvil. Me da igual perdonarlos, ni soy Dios ni un sacerdote. Los errores de los amigos, como los de cada uno, los debe solucionar uno mismo. Y un abrazo en muchas ocasiones habría solucionado muchos malentendidos y ofensas. Basta un abrazo… solo eso.

TL: ¿Qué le preguntarías a tu yo de dentro de veinte años?
MH: “¿Por qué no sales a bailar?”

TL: Si te dijesen que eres inmortal y que ninguno de tus actos va a ser castigado. ¿Qué es lo primero que harías?
MH: Hacer inmortales a todos los que quiero.

«Volvería a mis 30, fue una década muy divertida»

maximo huerta
Foto: Editorial Planeta

TL: ¿Sin cuál de los cinco sentidos podrías vivir?
MH: El olfato.

TL: ¿Un personaje histórico con el que te sentarías a cenar?
MH: Con Kiki de Montparnasse.

TL: Diez segundos para un deseo. ¿Qué pides?
MH: Salud. Salud. Salud.

TL: ¿Qué harías si un desconocido/a te besara en la calle?
MH: Mirarle la cara y, si me gusta, devolverle el beso.

TL: ¿Qué canción odias pero, sin embargo, te sabes de memoria?
MH: No me sé ninguna canción entera de memoria. Y eso que la música es esencial en mi vida, me pongo muchas canciones que me inspiran o me evaden. Pero no me las sé.

«Cada vez que voy a París me siento nuevo»

TL: Te da un ataque de risa en una situación inapropiada o en un lugar del que no puedes salir. ¿Cómo lo solucionas?
MH: Ahora con naturalidad. Disculpen. En otro momento de mi vida me traga la tierra.

TL: ¿Un día perfecto?
MH: Un domingo en casa. Como el de hoy. Paseo con mi perra, últimos capítulos de un libro que me está gustando, comida en La Acacia con una amiga y mi madre, siesta. Terminar el libro y estufa encendida.

TL: ¿Cuál es ese tema del que te avergüenza saber tan poco?
MH: Si me interesa un tema, lo investigo, lo leo o lo busco. Ahora todo es fácil. No me meto en conversaciones en las que no domino un tema, prefiero escuchar. Es sanísimo.

TL: ¿El lugar más loco en el que has terminado después de una noche de fiesta?
MH: Me gustaría volver a alguno de esos lugares, pero ya no puedo.

TL: Esa pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder…
MH: Me reservo la respuesta para otra entrevista. 

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