Diseñadora de moda infantil e impulsora de la firma de ropa infantil, ‘Mi pequeño Lucas’, Mercedes Pina siempre quiso ser decoradora. Afirma que estudió arquitectura por obligación, porque para sus padres la decoración no era una profesión para ganarse la vida. Terminó la carrera en París y allí se quedó un tiempo. Circunstancias personales la llevaron de nuevo a España y en Madrid comenzó a trabajar para un estudio de interiorismo. Acabó montando un estudio con un amigo hasta que nació su primer hijo.
Cuando comenzó a hacer ropa para él, a modo de pasatiempo, acabó descubriendo una profesión. “Mi pequeño Lucas” es fruto del trabajo, el esfuerzo y la ilusión. Mercedes Pina afirma que “me educaron así, siempre con el ejemplo de trabajar y ser independiente. Necesitas una vida propia, independientemente de tu marido y tus hijos. Y eso te lo da tu trabajo”. Consciente como ella dice de que “cuando empiezas en una empresa pequeña, lo tienes que hacer todo“, también sabe que “querer es poder” y que merece la pena seguir adelante cuando el fin es bueno.
“Este proyecto lleva diez años en marcha. Yo empecé en plena crisis y me fue fenomenal. Pero ha habido momentos duros y el retail lleva dos años horrorosos. Al final te acostumbras. Cada imprevisto o contratiempo nos da igual, lo hemos superado… lo sabemos llevar mejor y tenemos más fuerza para enfrentarnos a ello. Como me gusta tanto, cuando tienes un mal día, después vuelves con más fuerza”, dice Mercedes Pina con tesón.
‘Mi pequeño Lucas’ posee tiendas en Madrid y Valencia. Y a pesar del éxito del retail online, cree que sus tiendas son imprescindibles porque “por imagen, te da más valor. Además aún hay gente que compra online pero prefiere ir y tocar la ropa. Siempre es bueno vender online pero con punto de venta. Además, tener una tienda donde recoger los pedidos es genial. A la gente aún le retraen los gastos de envío”.
Mercedes Pina espera “seguir trabajando como hasta ahora, con mejoras, pero sin límites. Una cosa que me tranquiliza es que el problema del retail es general. El consumo ha cambiado, ha cambiado su mentalidad. Estamos reinventando y no me desanima”. Aunque el futuro laboral le preocupa, sobre todo para las nuevas generaciones. “La vida laboral a la que se van a enfrentar mis hijos va a ser aún más complicada. Son adolescentes y les tengo que transmitir el valor del esfuerzo, del trabajo… es bueno que sepan que la vida es dura, que hay que esforzarse mucho y que lo mejor es el ejemplo que les demos“.
Sobre su experiencia laboral como mujer, Mercedes Pina afirma que “la mujer tiene más complicado emprender porque al final, por mucho que se tenga una pareja implicada en todo, tiene un peso grande de los niños, de organizar la casa… pero no creo que dependa de ser hombre o mujer para emprender. Lo que hace falta hoy en día es mucho trabajo… lo malo de ser empresario y emprendedor es que tu cabeza no desconecta nunca“.
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