«El diagnóstico es claro: tengo un tumor, un cáncer de pulmón». Así lo anunciaba ella misma el 16 de junio de 2020 en una llamada telefónica a su programa, Sálvame, ante el asombro y la tristeza de sus compañeros y de la audiencia que se enteraba en ese momento. A partir de ese momento, la periodista comenzó su lucha particular con sesiones de radio y quimioterapia. En las últimas semanas pudimos verla visitando el hospital, siempre acompañada por algunos de sus compañeros.
Terelu Campos, Belén Ro, su estilista Pablo y sus hermanos no se han separado de ella en ningún momento, acudiendo a la clínica La Luz en Madrid, donde ha estado recibiendo tratamiento desde hace un año. El pasado viernes era dada de alta por última vez, después de una visita rutinaria en la que sufrió un ataque de ansiedad durante una de las pruebas que le realizaban. Había estado ingresada un par de días.
Durante este último año, su hija Alba, su ojito derecho, que vive desde hace muchos años en Amsterdam, ha estado muy pendiente de la salud de su madre y en repetidas ocasiones ha volado a la capital para acompañarla. Esta semana volvía por última vez para estar con ella. Según ha podido saber The Luxonomist, Mila murió en su residencia de Madrid acompañada de sus hermanos y su hija. El pasado jueves algunos de sus mejores amigos, como el director Raúl Prieto, se trasladaban a su casa para darle todo su apoyo y cariño.
Mila Ximénez era como el Ave Fénix. Con garra, gran personalidad y valentía, logró salir y resurgir de los momentos más complicados. Sobre todo después de su divorcio con el padre de su hija, Manolo Santana. Siempre con una sonrisa, devoró la vida y en los últimos años disfrutó más que nunca de quienes eran su debilidad: sus dos nietos, a quienes visitaba en Holanda cada vez que podía y a quienes malcriaba y consentía, como lo hace una abuela.
Mila Ximénez había logrado en los últimos años una estabilidad económica y laboral. A pesar de que algunas tardes televisivas no fueron fáciles, ya que se entregaba y daba todo lo que se esperaba de ella, era feliz trabajando. En Sálvame había encontrado a su otra familia. En 2004 comenzaba su andadura televisiva en Mediaset en programas como Crónicas Marcianas, y desde entonces no paró. Participó con gran éxito en realities como Supervivientes y Gran hermano VIP, dejándonos momentos irrepetibles. También realizó entrevistas para el diario ABC a mediados de los 80, trabajó en la radio y desarrolló su faceta de empresaria sacando su propia línea cosmética.
Yo la conocí en 2001. Compartimos micrófono en Onda Cero y a partir de ese momento vivimos momentos de risas, lágrimas, confidencias y mucho cariño. Mila siempre estaba allí si la necesitabas. Era muy amiga de sus amigos. A pesar de su fuerte carácter en televisión, cuando salía de su trabajo, se quitaba el uniforme y se convertía en Milagros, Mila para sus amigos.
Era una apasionada de las series de televisión y de la buena música. Le encantaba estar en su casa, con sus amigos y su familia y cuando tenía un hueco, cogía el primer avión y se iba a ver a su hija y sus nietos. De hecho, el pasado verano, conocedora de su enfermedad, alquiló una casa en Marbella para pasar el verano con su familia. Ellos eran su refugio, su apoyo y su gran amor. Adiós, querida Mila. Vuela alto. Tu risa se queda con nosotros y ten por seguro que te echaremos de menos.
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