Gisele Bündchen ha hecho análisis de buena parte de su carrera en una entrevista concedida a la edición británica de Vogue. En la misma, la modelo brasileña ha analizado con orgullo e incluso nostalgia algunas de sus mejores posados. A sus 41 años está felizmente casada con la superestrella de la NFL, Tom Brady, con quien tiene dos hijos; pero admite que a lo largo de su carrera ha tenido que superar momentos duros y complicados.
Como cuando en sus inicios en el mundo de las pasarelas, con 18 años, tuvo que enfrentarse a sus miedos en uno de los desfiles más importantes del planeta. Todo sucedió en la Semana de la Moda de Londres, a finales de los noventa. Se trataba de su primera participación en este prestigioso desfile.
La joven brasileña, que apenas se defendía con algunas frases en inglés, iba a desfilar ni más ni menos que para Alexander McQueen y sin embargo reconoce ahora que aquel fue uno de los «momentos más traumáticos» de su carrera. Cuando se presentó en el backstage, Gisele descubrió el diminuto atuendo que le habían asignado para desfilar. «Podía decir algunas palabras en inglés en ese momento, pero no entendía la mitad de las cosas, así que solo fingí que entendía. Pero no tenía ni idea», afirma la modelo en referencia al motivo por el que al final salió a la pasarla semidesnuda.
El diminuto top brillante que le asignaron dejaba prácticamente al descubierto sus senos y a Gisele Bündchen le entró un ataque de pánico. Ahora, mientras mira la fotografía para Vogue recuerda los pensamientos que tuvo y el resultado final que le provocó su estreno en la pasarela londinense: «Me pregunté… ¿Es una camiseta o algo así?… No… era esto. Entonces comencé a llorar». Lejos de encontrar comprensión, su arrebato emocional molestó también a su maquillador, porque con las lágrimas estuvo a punto de arruinar su trabajo.
«Tenía estas plumas adheridas a mis pestañas, así que mientras lloraba se estaban despegando y el maquillador me dijo: ¡Por favor, no llores!», recordó. Gisele Bündchen reconoce que salió a la pasarela pensando únicamente en una cosa: «Espero que mi padre nunca vea esta foto».
Fue una experiencia traumática de la que la modelo extrajo algo positivo. Aunque sólo tenía ganas de irse, siguió adelante y admite que fue «una de esas cosas que te hacen más fuerte». Recuerda además que consiguió ese desfile después de que nadie quisiera contratarla. Hizo más de 42 castings en Londres esa temporada y no consiguió que nadie viera su book de fotos porque no encajaba en el perfil de modelos del momento.
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