Melania Trump rechaza enterrar el hacha de guerra con Jill Biden
Melania Trump rechaza la invitación de Jill Biden, a la que culpa del cuestionable registro de sus dependencias personales en Mar-a-Lago.
Melania Trump no acudirá este miércoles a la Casa Blanca para tomar café o té con la primera dama, Jill Biden. La esposa del próximo Presidente de los Estados Unidos ha rechazado la invitación, rompiendo así una tradición que suele ser habitual cuando se produce el traspaso de poderes. Un desaire que pone de manifiesto las diferencias ideológicas y personales entre los Trump y los Biden.
La relación entre Melania y Jill nunca fue buena. Algo que se puso de manifiesto cuando en 2020 los Trump salieron apresuradamente de la Casa Blanca. Entonces Melania no invitó a Jill Biden a esta tradicional merienda y al recorrido posterior por la Casa Blanca.
Melania Trump no tiene una buena relación con Jill Biden
Pero la cosa se agravó cuando los investigadores del FBI entraron en la residencia de los Trump en Florida. Cuentan algunos cronistas con información cercana a los Trump que el desaire de Melania hacia Jill Biden nació del momento en el que los investigadores allanaron las habitaciones privadas de la esposa del próximo presidente.
Su entrada en aquellas dependencias y la búsqueda de documentos entre su ropa no sentó nada bien a Melania. «El marido de Jill Biden autorizó al FBI a husmear en su cajón de ropa interior. Los Biden son repugnantes», dijo una fuente al Post justificando la decisión. Los agentes también revisaron las habitaciones del hijo de los Trump, Barron.
El hacha de guerra sigue
Melania Trump confesó hace unas semanas en una entrevista a Paris Match que Jill Biden contactó con ella por teléfono días después del atentado contra su marido. «No sé, sin embargo, si su preocupación era genuina. Apenas unos días antes había llamado a mi marido malvado y mentiroso», reprochó Melania.
Recordemos que ni Donald ni Melania acudieron a la toma de posesión de Joe Biden como Presidente de los Estados Unidos. Veremos qué pasa el próximo enero y si los Biden les devuelven el desaire.