Stormy Daniels habla de su noche de sexo con Donald Trump

Desde que la llamada Stormy Daniels contara sus encuentros sexuales con Donald Trump en 2016, la interfecta no había facilitado tantos detalles acerca de usos y costumbres, medidas y otras señales de las intimidades del presidente americano. Sin recato lo publica todo en un libro, ‘Full Disclosure’ (Divulgación completa), que saldrá a la venta el dos de octubre. Al parecer, Stephanie Cliford (que es su nombre real), lo cuenta todo sin escatimar en detalles: desde la forma del sexo de Trump a su talento en la cama.

Naturalmente algunos de sus párrafos o detalles más curiosos y/o escandalosos se han filtrado en algunos medios. Así, ‘The Guardian’ reproduce al detalle que la ex scort girl minimaliza el pene de Trump, escribiendo que es «como un personaje en forma de champiñón escapado de la serie de videojuegos de Mario Kart que edita Nintendo». La noticia ha causado tal revuelo que se ha convertido en toda una tendencia en Twitter. A Trump, tan activo en las redes sociales, se le habrá puesto el pelo de punta.

Al respecto, Stormy pormenoriza la pilosidad del marido de Melania: “Es como un yeti”, escribe antes de dar paso a sus habilidades sexuales. Se lamenta la señora que si bien ella ha sido todo lo generosa y complaciente en todo lo que le ha sido posible, él no ha respondido de la misma manera. De hecho, la noche que pasó con él, que será la más rentable de su historia como short y como persona, la define como «la menos impresionante que ha vivido jamás».

Esta no es la primera vez que Stormy Daniels se enfrenta a Trump, pues a mediados de febrero el abogado del presidente le comunicaba que recibiría 130.000 dólares para que olvidara el asunto. Algo en lo que ella no estuvo de acuerdo porque enseguida aireó el asunto a los medios, asegurando que era el objetivo de Trump. Stormy fue detenida el 12 de julio porque mientras estaba ofreciendo uno de sus espectáculos en un cabaret de Ohio, acusó a Trump de haberle tendido una trampa.

Para Melania Trump estas declaraciones y la publicación del libro suponen el colmo de la humillación, porque además de lo que le afectan mediáticamente, tiene que afrontar toda clase de rumores, de la interfecta y de alguna más, como la ex playmate Karen McDougal, que también declaró haber mantenido relaciones sexuales con el presidente entre 2006 y 2007, y empieza a haber ya demasiada gente entre las sábanas de la Casa Blanca.