Foto: Gtres.
Kim Kardashian se ha ganado el odio de todos los coleccionistas y amantes de la moda. El vestido de Marilyn Monroe que lució en la última gala MET está roto, y muchos no han dudado en señalar a la influencer como culpable. Y es que tras conocer que tuvo que adelgazar siete kilos para poder lucirlo y ver el vídeo de cómo se lo ponían, han surgido dudas sobre el cuidado y tratamiento que se hizo de esta pieza histórica, que ahora está destrozada.
Poco le duró a Kim Kardashian la sonrisa por lucir el icónico vestido que llevó Marilyn Monroe en el famoso «Happy birthday mr president». Nada más pisar la alfombra roja los expertos en moda criticaron que le hubieran prestado una pieza histórica para lucir en el evento. Un vestido con más de 60 años, muy delicado y que fue especialmente diseñado para el cuerpo de Marilyn Monroe.
Sin embargo, tal fue la obsesión de Kim Kardashian por lucirlo, que no dudó en estar bajo una estricta dieta tres semanas para adelgazar siete kilos y entrar en el diseño, algo que también generó muchos comentarios. Ahora, casi dos meses después de la gala MET, se han publicado fotografías y vídeos del estado del vestido que para los coleccionistas de moda ha sido un crimen.
En las fotografías se puede apreciar que el cierre del vestido está reventado, varios trozos de tela rasgados y la pedrería despegada. Un destrozo que no tiene solución y que ha enfadado a entendidos de moda y al diseñador original del vestido, Bob Mackie. «Marilyn era una diosa. Una diosa loca, pero una diosa. Estaba fabulosa en ese vestido. Nadie tenía su fotogenia. Y aquello fue creado para ella. Nadie más debía haber sido visto nunca más con ese vestido», cuenta a Entertainment Weekly.
Sin embargo, los responsables del museo Ripley’s believe it or not!’, dueños del vestido, han desmentido que Kim Kardashian fuera la responsable de ese destrozo. Éstos aseguran que la influencer apenas lució la creación durante unos minutos y que en todo momento fue custodiada por Amanda Joiner, vicepresidenta del museo. «Desde la parte inferior de los escalones del MET, donde Kim se puso el vestido, hasta la parte de arriba donde fue devuelto, el atuendo estaba en las mismas condiciones en las que comenzó».
El museo ha señalado que ellos no son los primeros dueños del vestido, sino que lo adquirieron en 2016 por 4,8 millones de dólares. Cuentan que el diseño ha sido exhibido en varias ocasiones por todo el mundo y no se arrepienten de habérselo prestado a Kim Kardashian pues dicen que «la compañía comprende los riesgos asociados con esto».
Por su parte, Kim Kardashian no se ha pronunciado al respecto, ni tampoco ha contestado a aquellos que la criticaron por lucir el vestido. Ella sigue con su vida y continúa mostrando orgullosa las fotos y vídeos de la Gala MET en sus redes sociales.
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