Como bien dicen los entendidos en esto del mundo rosa, «lo importante no es llegar, sino mantenerse». Con el permiso de Diana, princesa de Gales, Isabel Preysler cumplirá mañana 70 años convertida en la auténtica reina de corazones.
Y es que la ex mujer de Julio Iglesias y actual pareja del Nobel, Mario Vargas Llosa, ha sabido como nadie mantener el misterio que toda estrella tiene que tener. A lo largo de los años, Isabel ha cuidado especialmente cada una de sus apariciones públicas, no solo en el plano estético –siempre impecablemente vestida y maquillada– sino también en el profesional. La filipina solo se muestra como máximo media docena de veces al año ante las cámaras. Sus campañas de publicidad y sus declaraciones, siempre medidas, son escasas. Así pues, siempre cumple con la máxima de la elegancia del «menos es más”.
Y es que Isabel Preysler, a sus 70 años, sabe perfectamente en qué funciona y qué no. Cuando se estrenó como entrevistadora en un programa de televisión, se dio cuenta en seguida de que aquello no era para ella. Demasiada exposición. Así que nunca más volvió a repetir la experiencia.
No obstante, eso no le ha hecho perder terreno en otros medios en los que se desenvuelve muy bien. Por ejemplo, la reina del papel couché siempre ha tenido un exquisito trato con la prensa. Isabel Preysler es una de las pocas celebrities que responde a cada llamada o requerimiento por parte de los medios. Eso sí, en ellos dice lo que quiere, y aunque pudiera parecer que le saliera de forma natural, lo cierto es que mide cada una de las palabras que pronuncia.
Y es que lo mejor de Isabel Preysler está en las distancias cortas. Quienes hemos podido hablar con ella y compartir incluso algunas risas, podemos constatar que es una mujer muy cercana y divertida. Tremendamente educada, sabe escuchar a su interlocutor haciéndole sentir una persona importante, cuya conversación le interesa profundamente. Además, por supuesto, de ser una de las mejores anfitrionas en su casa.
En cuanto a su aspecto, a Isabel le encanta cuidar al máximo su apariencia, haciendo especial hincapié en su vestuario y su piel. En este sentido confía desde hace años en las famosas hermanas Massumeh, las reinas de la cosmética en la capital, son las encargadas de cuidar su rostro.
Ademas, siempre ha tratado de no dar escándalos, sino todo lo contrario. Su tiempo de ocio y su vida privada son ejemplos de tranquilidad y glamour. Prueba de ellos son sus idílicas vacaciones en Indonesia o en las islas Maldivas, en las que, aun sin saber que está siendo fotografiada, mantiene una postura impecable. Ella sabe quién es y ejerce de Isabel Preysler horas al día los 365 días del año.
No obstante, aunque parezca que lo sabemos todo sobre ella, siempre hay cosas que se nos escapan. Ese es su gran secreto. Ese halo de misterio que le rodea hace que cada vez que aparece, todos queramos saber más sobre ella. Isabel Preysler es como en bombón en Navidad: llega y endulza a todos.
En lo personal, Isabel Preysler ha sabido bien escoger a cada una de sus parejas. Primero Julio Iglesias, que le dio la fama y reconocimiento internacional; luego el Marqués de Griñón, quien le dio el título durante su matrimonio; y después Miguel Boyer, el gran amor de su vida. Ahora comparte su vida con Mario Vargas Llosa con quien se resiste a pasar por cuarta vez por el altar. ¡Otro misterio más! Así pues solo hay una frase para el día de su cumpleaños: ¡Dios salve a la reina Isabel! ¡Larga vida a la Reina!
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