Pues parece que la cosa va en serio. Justin Bieber y Hayley Baldwin están buscando un paraíso tropical para celebrar una segunda boda, porque la oficial tiene todas las papeletas de haberse celebrado en el juzgado de Nueva York el pasado mes de septiembre. Todo parece señalar que el matrimonio planea oficializar en cierto modo la relación y hacer partícipes a familiares y amigos de ello, por lo que, según publica People en exclusiva, ya están localizando parajes exóticos para llevarse allí a todos los invitados.
Quieren sol, playas y cielo azul. Lugares a los que el príncipe de la música suele acudir para relajarse entre sus múltiples giras, y que su esposa parece compartir. Y el plan tiene fecha cercana, probablemente el mes de abril o mayo próximos.
Todo siempre, por supuesto, bajo el anunciado de «presuntamente», lo está organizando Hailey, que entre sus nulos quehaceres figura también el de buscar una casa porque parece que andan hechos un lío entre tantas residencias, de compra y alquiler por Canadá y Los Angeles.
A Hailey le ha tocado especializarse en la boda, por lo que está en sus manos buscar el lugar que deberá gustarle a Justin, encontrar el diseño del vestido y preparar el estilo de la ceremonia, que tendría que gustarles a los dos. Ninguno de ellos se ha manifestado al respecto, a pesar de la exclusiva, pero ha sido Stephen Baldwin, padre de la modelo, quien ha soltado algunas perlas.
El actor no escatima elogios hacia su yerno, de quien admira «cómo ha gestionado su carrera a pesar de su juventud, lo buen chico que es y lo felices que están». Asegura que su matrimonio «funciona la mar de bien» y que la máxima prioridad ahora es «encontrar una casa para formar un hogar y llenarlo de hijos». Dice el suegro que Justin, como buen cristiano, quiere formar una familia, o sea que se pondrán a procrear en cuanto encuentren su lugar (físico) en el mundo.
Stephen Baldwin asegura también que Justin necesita un descanso, porque tras muchos años de trabajo de forma continuada, ahora debe tomar un tiempo para sí mismo. Y que ese momento empezará inmediatamente después de la celebración de esta ‘fiesta tropical de vida’, que como podemos imaginar, van a preparar tomándose el tiempo necesario para lograr algo especial, hermoso y espiritual, que satisfaga todos sus deseos.
Y, por supuesto, que quede fenomenal en las fotos para que puedan distraerse colgándolas en las redes mientras se relajan en el jacuzzi de la terraza del bungalow desde donde divisarán una de esas maravillosas puestas de sol de paraíso exclusivo sólo aptas para millonarios. O sea, que acabarán en St. Barth, Turk & Caykos o islote caribeño similar.
*Foto principal: Instagram @justinbieber
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