En realidad ha sido ella, la novia, Hailey Baldwin, la que lo ha comunicado vía Twitter tras ver publicado en algunos medios el enlace. “Sólo hemos sacado una licencia matrimonial el viernes”. Ese día la pareja fue fotografiada en la oficina de registros de Nueva York, solicitando el documento que es válido por sesenta días desde las 24 horas a partir de su concesión y sólo en la Gran Manzana. Hailey ha dicho que no será una ceremonia ostentosa, que quieren una cosa sencilla, en el campo, al estilo de la Hillary Swank en Carmel hace apenas un mes.
La modelo está feliz desde que Justin Bieber le pidió matrimonio el 7 de julio en las Bahamas, tras recuperar una relación de años atrás cuando Selena Gómez, primer amor del cantante, se la presentase como una buena chica con aspiraciones a boda. Eso quería Hailey hasta que se dio cuenta de que él estaba más por el tonteo y otros juegos mientras ella aspiraba a algo más: boda, casa, hijos, segunda residencia, etc.. Y rompieron, sobre todo porque ella le pilló varias veces telefoneando a Kourtney Kardashian, otra ex.
Hablado de su pedida de mano, Bieber colgó en la red que “estoy tan enamorado de cada cosa de ti y tan comprometido con mi deseo de conocerte y amarte paciente y tiernamente… mi corazón es completamente tuyo para siempre y tú siempre serás lo primero para mí”. Suena a texto de canción de adolescente para hit de otoño, pero al parecer, funcionó. Como diría Jennifer Lopez: “Y el anillo, pa´ cuándo?”. Pues, con los papeles en la mano, el anillo está en la joyería de la esquina.
Hailey es una chica de apariencia sencilla, caprichosa como la que más, que pide cosas incomprensibles. La vi en Londres antes de una fiesta promocional y logró enloquecer a los agentes de relaciones públicas buscando un postizo de idéntico color y tono de su pelo para hacerse unas trenzas, porque ese día le apetecía peinarse así. El capricho demoró las entrevistas, pero no se disculpó, sino que las primeras frases fueron breves y excesivamente cortantes. De cerca aparece con exceso de maquillaje y calzándose unos tacones de pánico con los que alcanza el metro setenta que le permitirían acceder a la pasarela en ocasiones especiales.
En aquellos momentos, su tonteo con Justin era ya la prehistoria, que el tiempo, si ya de por sí vuela, en las redes lo hace más deprisa aún, pero ni una mueca o señal para reconocer que su relación con el cantante la hizo escalar puntos en el mundillo de la fama. Y eso que al respecto, de eso de la fama, ella viene muy bien servida de casa: su padre Stephen es actor, como sus tíos Alec, Daniel y William. Su hermana mayor Alaia, y su prima Ireland, hija de Kim Basinger, son modelos, e incluso su madre, Kennya es hija del músico brasileño Eumir Deodato. Arte y fama para cansarse.
Se manifiesta una mujer religiosa, sentimiento que al parecer comparte con Justin (según declaró otra de sus ex, Jayde Pierce, Bieber va regularmente a misa) y tiene en la familia su mejor apoyo, “para mí lo son todo, mis padres, mi hermana, mis tíos, todos son el pilar de mi vida, incluso mi entorno más cercano, mis amigos que han crecido a mi lado desde que era pequeña”, dice casi de corrido sin apenas respirar. Pone cara de buena para añadir que “no creo tener enemigos”.
Batalla, sin prisas ni pausas (y ahora con Justin al lado, menos), por el reinado de las pasarelas pero de un modo muy discreto. Sabe de sus rivales más directas, las hermanas Jenner (Kendall y Kyle); y las Hadid (Gigi y Bella), incluso su prima Ireland Baldwin. Una competencia muy dura, una pasión a la que se entrega y para la que cuenta con el respaldo de la familia: “Si no estuvieran allí, apoyándome y cuidándome, no sé si realmente estaría capacitada para afrontarlo”. Se considera afortunada, aunque vive más deprisa que cualquier chica de su edad “pero tengo suerte”. Califica su carrera de “alucinante” y le gustaría seguir los pasos de Cindy Crawford, todo un ejemplo que a sus cincuenta años sigue en la cresta de la ola.
Sorprende que a pesar del paralelismo con otra familia célebre, las Kardhasian, a los Baldwin no le han propuesto un ‘reality show’, al estilo de las explosivas y curvilíneas hermanas. Hailey se muestra tajante: “No lo haría nunca, no representa la vida de alguien normal. Tu vida deja de ser privada cuando la muestras en televisión, y eso no es para mí. No las juzgo, pero yo nunca lo haría. De todos modos, veo muy poca televisión”, tercia para cerrar y cortar el tema.
Lo hace de un modo tan definitivo que no quedan ganas de preguntarle cuál es la diferencia entre un reality show y explicar, paso a paso, día a día, sentimientos, emociones y fotos en las redes sociales. Le habríamos explicado que mientras en televisión te pagan una pasta para hacer de tu vida un foco de atención mediático y publicitario, en las redes uno mismo sólo desvela la parte más positiva de su persona, físico y carácter. Aunque resulte extraño y el poder de la pequeña pantalla resulte demoledor, la influencia de los mensaje en la nube crea adeptos, “followers”, ahora indispensables para todo, incluso para conseguir trabajo.
Hailey no tiene ni idea de los vestidos o zapatos que guarda su armario y cree que su sentido familiar se potenciará tras su boda. Le gustaría “volver a Tucson (Arizona), tener una vida más relajada y ser una familia normal como otra cualquiera”. O sea, que le permita tener una mascota, como Bunny, su corgi que le cuidan sus padres, vivir en la Costa Este (de momento ya tiene la licencia de matrimonio en Nueva York) y marchar de vacaciones al Caribe.
Pues que tenga suerte la familiar Hailey, porque su inmediato marido tiene una lista de novias, parejas o simplemente amigas con derecho a roce ciertamente preocupante. Desde la primera, Selena Gómez, con quien empezó a espabilar, hasta llegar a Hailey, ha estado también, entre otras y que se sepa, con Sofia, la hija de Lionel Richie; un tonteo con la cantante Ariana Grandes; la modelo Chantal Jeffries; la desinhibida Alyssa Arca, Miss julio de Playboy 2013; Yovanna Ventura, calificada “la modelo que enciende las redes”; Sahara Ray, con quien se le vio desnudo en Hawai; la australiana Shanina Shaik o la española Cindy Kimberly descubierta en la red.
No podía faltar una bloguera, la británica Jayde Pierce; Kourtney Kardashian, con la que llegó a agobiarse; Rita Ora, aunque al parecer confundieron pasión y trabajo en la grabación de un disco; y Amanda Cerny, que le provocaba en un videoclip. Todas ellas son solo algunas de las mujeres que han tenido algo que ver, en plan amor o sexo (sentido o sensibilidad) con el adolescente cantante. Tras ellas, parece que ha elegido a la más sensata, aunque ya se verá.
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