El dinero, la fama, los múltiples premios Grammy y los discos de platino han hecho que Taylor Swift (32) haya tenido experiencias peligrosas con acosadores y fans obsesivos. De hecho, las amenazas contra su vida se han vuelto tan persistentes que su equipo de seguridad ha tomado medidas drásticas. En concreto los profesionales han instalado un software de reconocimiento facial en los lugares en los que Taylor Swift actúa para distinguir a sus acosadores de sus fans.
Así explica Jake Brennan en el nuevo podcast sobre crímenes reales “Disgraceland” que explora el lado oscuro de la industria musical. En el episodio de esta semana se plantean cosas tan explícitas como: “Imagina que eres tan famoso y están tan acosado que necesitas tecnología especialmente programada e instalada para identificar a los lunáticos que quieren matarte”.
Los acosadores más famosos de Taylor Swift han sido Roger Alvarado, que irrumpió en sus casas de lujo; Eric Swarbrick, que condujo cientos de kilómetros para enviarle cartas de “amor”; o David Liddle, que pretendía colarse en su mansión. Sus acciones, por supuesto, han tenido un efecto dramático en la estrella del pop, quien escribió un ensayo para “Elle” en marzo de 2019 hablando de ello.
Contaba entonces Taylor Swift: «Cuando tienes acosadores tratando de entrar en tu casa empiezas a prepararte para lo peor. Todos los días trato de recordar lo bueno que hay en el mundo, el amor del que he sido testigo y de la fe que tengo en la humanidad. Tenemos que vivir con valentía para sentirnos realmente vivos, y eso significa no dejarnos dominar por nuestros mayores miedos”.
Entre ellos se encuentran algunos acosadores como Eric Swarbrick. Éste condujo unos mil quinientos kilómetros desde Austin (Texas) hasta Nashville (Tennessee) en tres ocasiones distintas para entregar más de 40 cartas y amenazas de muerte a Taylor Swift, su antiguo sello Big Machine Records y su director ejecutivo Scott Borchetta, en 2018.
La obsesión de Swarbrick con Swift comenzó cuando tenía 22 años y continuó durante cuatro años. Según explica Brennan en el podcast, el acosador notó que el objeto de su obsesión por Taylor Swift “se acercaba a él en más de 100 sueños”. De hecho Swarbrick registró estas visiones en sus cuadernos y sintió que había esperado lo suficiente para reclamarla.
Sus cartas fueron cordiales al principio, e incluso envió correos electrónicos respetuosos a la productora Big Machine, pero nadie le respondió. Las cartas se volvieron cada vez más aterradoras y amenazantes, hasta decir que quería «violar y matar» a Swift, tal y como explicó en un comunicado el fiscal federal Don Cocharn en la prensa de Tennessee.
Swarbrick optó entonces por enviar sus cartas en persona al sello discográfico y no a los domicilios de la cantante. “No dudaré en matarla, Scott -decía una de las cartas- y no hay nada que usted o sus abogados o la ley puedan hacer al respecto”. Finalmente se declaró culpable de los cargos de acoso y fue sentenciado a 30 meses de prisión. Cuando termine su período en la cárcel el próximo año, estará sujeto a libertad supervisada durante tres años.
Por su parte, Roger Alvarado irrumpió en el apartamento de Tribeca (Nueva York) de Taylor Swift dos veces en menos de un año. Concretamente en abril de 2018 y en marzo de 2019. Un informe detalla que la última vez la policía lo encontró durmiendo la siesta en la cama del domicilio tras haberse duchado en su baño privado.
Según los agentes «la estaba esperando fresco como una rosa». Alvarado pasó seis meses en la cárcel por intento de robo, pero después de su liberación, lo volvió a hacer. La policía dijo que usó una escalera para subir por la parte trasera del edificio en el que vivía Taylor Swift y luego usó una barra para romper la puerta de vidrio.
Tras este segundo arresto declaró que no se arrepentía de sus acciones. Cuando se le preguntó si lo volvería a hacer, él respondió: “Probablemente sí y con más violencia, pero no hacia ella. No quiero lastimarla. Solo quería hablar con ella, parece agradable y genial”. Alvarado aceptó un acuerdo de culpabilidad en 2019, aceptando el desacato penal a cambio de dos a cuatro años de prisión.
Y terminamos este repaso por los acosadores más famosos de Taylor Swift con David Liddle. Se trata de un hombre de Iowa que fue arrestado en 2019 cerca de la mansión que la artista tiene en Rhode Island con una mochila llena de herramientas. “Una palanca, un bate de béisbol de aluminio, unos cuantos pares de guantes de goma… Taylor no pudo seguir leyendo el artículo del periódico, dijo Brennan sobre el incidente en el podcast.
Al parecer el acosador le dijo a la policía que era un viejo amigo de Swift y que estaba allí para charlar con ella sobre la industria musical. El caso contra Liddle fue desestimado en agosto de ese año.
“Cada uno de estos hombres era el mismo bastardo enfermo por dentro. Todos profesaron amor por una mujer con la que nunca pasaron un segundo”, dice Brennan en el podcast. “Estaban enamorados de una búsqueda en Google. Nada mas.»
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