(Foto: Pixels)
El pasado domingo y como cada año, la Casa Llotja de Mar de Barcelona fue el lugar elegido para la edición catalana del 14º Premio Vila Viniteca de Cata por parejas. A punto de despertar la primavera, y en el abismo de las miles de posibilidades que da “una hoja en blanco”, 120 parejas se dispusieron a utilizar su expertise, su intuición y sus sentidos para dar con el nombre de siete vinos ocultos.
Tras el paron de dos años debido a la pandemia, volvió este fin de semana a Barcelona el concurso más importante de su categoría y el mejor dotado, con 40.000 euros en premios (30.000 para la pareja ganadora, 7.000 para la segunda clasificada y 3.000 para la tercera).
Quim Vila y Siscu Martí, socios y propietarios de Vila Viniteca, son los artífices de un premio que requiere de una estricta organización y logística. Su objetivo es promocionar la cultura del vino; y su principal singularidad es el hecho de catar en pareja, ya que obliga a consensuar con el compañero las sensaciones, los sabores y los olores percibidos.
Este premio ofrece una excepcional oportunidad de cata a todo tipo de personas, profesionales y amateurs. En total 240 participantes que tuvieron el reto de descubrir el país, la zona de origen, la denominación de origen, las variedades de uva, la añada, el elaborador y la marca de los vinos catados. Todo midiendo cada decisión y cada pequeña pista que el olfato les daba a cada uno de ellos.
Así, dentro de cada una de las siete misteriosas copas se escondían importantes nombres del mundo del vino. Lo único que tenían los participantes para adivinarlos era un color y miles de partículas volátiles agitadas.
El concurso tuvo lugar en dos fases. En primer lugar, la Fase Clasificatoria consistió en la cata de 7 vinos. De las 120 parejas iniciales, solo diez pasaron a la Fase Final en la que se volvieron a catar a ciegas siete vinos más que fueron:
Los ganadores de la 14ª cata por parejas de Vila Viniteca fueron una pareja de catadores de Madrid, dos viticultores de Lugo y Tenerife, y una pareja de amigos franceses. Estos tuvieron que catar los siguientes vinos:
Los 30.000 euros del primer premio fueron para Boris Olivas y Alberto García; el primero es catador de la Guía Peñín y el segundo sumiller de La Caníbal, en Lavapiés. El segundo premio de 7.000 euros recayó en el tinerfeño Roberto Santana y el lucense Alfonso Torrente, ambos viticultores y enólogos de Envínate. Y para terminar ganaron el tercer puesto con un premio de 3.000 euros la pareja de cata formada por el francés Didier Sánchez, responsable de una empresa de limpieza y Attila Aranyos, franco-húngaro, profesional del sector de la biotecnología.
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