¿Clásico o moderno? Simplemente, Barolo

Barolo Granbussia Riserva 1995. Bodega: Poderi Aldo Conterno, Monforte d’Alba, Piamonte, Italia.

Ignacio Peyró. 04/05/2016

Quizá el debate entre barolos clásicos y barolos modernos sea una pasión inútil. Con sus buenos años tumbados, los clásicos también son vinos dotados de elegancia, equilibrio y finura, y los modernos rebosan estructura y poderío. Viñadores de prestigio en la región, los hermanos Giacomo y Aldo Conterno rompieron la bodega familiar, cisma mediante, a finales de los 70. El divorcio no tuvo que ver con el dinero, sino con la aproximación a lo que debe ser el Barolo. Esta ya es cosa que habla de la seriedad de los Conterno.

Poderi Aldo Conterno, en Monforte d'Alba, Piemonte
Poderi Aldo Conterno, en Monforte d’Alba, Piemonte

Giacomo, ajeno a modas, elabora el Monfortino, cumbre de las cumbres clásicas de la uva nebbiolo, aunque tarda no menos de cuatro décadas en llegar a ser lo que debe. En cuanto a Aldo, influido por los Barbarescos de Gaja, buscó vinos más accesibles, aunque al hablar de ‘accesible’ ha de subrayarse que este Granbussia Riserva, honra y prez de la bodega, necesita su cuarto de siglo de añejamiento.

En definitiva, en lo que a barolos respecta, uno puede permitirse -si la cartera le da- ser enamorado de lo clásico y amante de lo moderno. Con una nota: esta modernidad nada tiene que ver con los tremendísimos ejemplos de extracción y concentración que, para los paladares más impresionables, abundan en diversas denominaciones españolas y del nuevo mundo. (Nota de cata de I. Peyró y J. Rocamora).

Bodega Poderi Aldo Conterno
Bodega Poderi Aldo Conterno

La Bodega. Poderi Aldo Conterno fue fundada por Aldo en 1969. Actualmente la llevan sus tres hijos: Franco, Stefano y Giacomo. Poco después del 95, la etiqueta del Granbussia se cambió por la actual, blanca con dos escudos en su parte superior.

Precata. Uva. Nebiolo 100 %, de las variedades Michet y Lampia. Este Granbussia es peculiar hasta en su origen. Su uva no procede de un terroir, sino de tres. En concreto, es fruto del ensamblaje de las uvas de las cepas más viejas de los viñedos Romirasco, Cicala y Colonnello (Bussia de Monforte), antes de comenzar la fermentación, con los siguientes porcentajes: 70% – 15% – 15%, variables según la añada.

La bodega Poderi Aldo Conterno destaca por sus barolos de alta calidad
La bodega Poderi Aldo Conterno destaca por sus barolos de alta calidad

De estos terruños, Cicala es el más pobre y, por lo tanto, produce los vinos más robustos; Colonnello tiene un mayor porcentaje de arena y produce vinos más delicados; por último, Romirasco contiene una mezcla de ambos tipos de suelo. Así, el Granbussia expresa una combinación de la estructura de Cicala con la finura de Colonnello. El vino solo se elabora en las cosechas en que los tres viñedos dan resultados sobresalientes. Por ejemplo, 2004 fue una gran cosecha, pero Cicala fue alcanzado por el granizo y ese año no se vinificó el Granbussia.

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Un vino color teja y muy aromático
  • Vendimia. Manual, con selección de uvas en la viña. A mediados de octubre.
  • Vinificación. Maceración con los hollejos, en grandes botti de roble de Eslovenia. El mosto permanece en contacto con los hollejos durante sesenta días, durante los cuales se completa la fermentación alcohólica. Las temperaturas son variables, con picos de 32 grados centígrados. Luego, ese vino nuevo se trasiega a grandes botti de roble de Eslovenia, durante 32 meses. A continuación, algo único en los modernos piamonteses: el vino permanece durante dos años más en depósito de inox. Dicen que así consiguen hacer vinos con más carga fruta y aromas primarios. Una vez embotellado, el Granbussia permanece al menos 8 años en bodega antes de su comercialización.
  • Alcohol. 14º.
  • Corcho. Excepcional, de 50 mm.
  • Botella. Vidrio de color marrón (color clásico de la zona, por cierto).
Compra aquí el Barolo Riserva 1995
Compra aquí el Barolo Granbussia Riserva 1995

Cata. Mayo de 2016. Mejor decantarlo un par de horas antes, por los posos. No hay peligro de que el vino decaiga.

  • Color. Teja anaranjado. Capa media. Poso fino, no pegado a la botella. Lágrima muy espesa y lenta, tintada.
  • Nariz. Muy aromático. Complejidad de altísima calidad. Mandan la acidez y la fruta (cereza en aguardiente). Después, violeta, rosa, alquitrán… regaliz, cuero, tinta. Algo de mineral.
  • Boca. Poderoso. Estructurado. Lo que más destaca es su acidez (cítrica, que evoca a la naranja), que hace la boca agua, y al vino joven y fresco. Es una acidez que procede de la fruta, de uvas excepcionales (no del acético derivado del alcohol). A pesar de que estamos a más de veinte años de la cosecha, el vino es frutal. La madera apenas se nota. Sí se nota algo de astringencia.
  • En conjunto. Profundo, redondo, opulento, con poderío y equilibrio. Un barolo distinto, grande, muy por encima de los otros. Más de “meditazione” que para acompañar una comida.

Calificación. 9,5 (dentro de 5 años, será un 9,7 o más).

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