Para saborear buena ginebra no hace falta irse muy lejos. Algo que resaltan algunos de los expertos que ya han saboreado algunas de las creaciones que se hacen en el norte de España. Proyectos amasados con cariño, paciencia y trabajo, que al final están consiguiendo el reconocimiento de los entendidos clientes. Galicia y Asturias acogen dos de ginebras españolas peculiares, con proyectos bien diferentes, pero que buscan ensalzar un producto que gana adeptos frente a otro tipo de opciones.
Se trata de Nordés, la ginebra gallega que, como bien aseguran sus creadores, comenzó su camino con una reunión de amigos frente a un plato de pulpo. Y de Picofino, la ginebra artesanal que nació en un pueblo tan pequeño de Asturias que no tiene ni bar.
Nordés es una ginebra con origen 100 % gallego impulsada por tres amigos que emprendieron este viaje por el mundo de los destilados. Un reconocido sommelier ganador del premio Nariz de Oro en 2004, un empresario de vinos gallego y un maestro destilador empezaron a soñar con elaborar una ginebra gallega, con ingredientes de su tierra, que fuera distinta a las demás marcas.
Tras muchas pruebas dieron con la fórmula perfecta y consiguieron una receta fuera de lo común. Una composición única debido a su base vínica, que se produce utilizando uva albariño gallega, corazón y alma del destilado. También se elabora con 11 botánicos, 6 de ellos autóctonos (salvia, laurel, hierbaluisa, eucalipto, menta piperita y la salicornia) que le otorgan su característico aroma balsámico. Este año, Nordés rinde homenaje a su tierra, rica en aromas naturales y sabores exquisitos, con la edición limitada del Camino de Santiago.
La de Picofino también es la historia de otra de las ginebras peculiares de nuestro país repleta de artesanía y buen gusto. Un proyecto que nace en Albuerne, un pequeño pueblo de la costa cantábrica asturiana. Allí, un amante de los destilados, al que algunos llamaban picofino, buscaba crear una ginebra completamente única. De forma artesanal hizo decenas de pruebas en pequeños lotes que regalaba a sus amigos. Con la ayuda de un amigo destilador, precisamente gallego, de Orense y un viejo alambique portugués de cobre artesanal, durante 8 años, lanzó una ginebra distinta anualmente que recogía lo mejor del año anterior.
Un producto que presentaba en una fiesta veraniega en su casa para que la degustasen sus amigos. Muchos de ellos restauradores, barmans, cocteleros y, casi todos, «picofinos compulsivos». Todos coincidían: cada año mejoraba la ginebra. Diez años después, Picofino puede degustarse en tres productos que han recibido además el reconocimiento del jurado de la prestigiosa London Spirits Competition. Tres medallas de plata para Picofino Original Gin y para dos productos creados a partir de ella, el Picofino Gin Fusion (a base de vino monovarietal macerado de forma artesanal con hierbas y botánicos) y la Crema de Ginebra Picofino creada con trufa negra y toques de canela.
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