Las bebidas ideales para Nochevieja

«Vamos a repasar la lista de invitados. Bien. Están todos. ¿Nos falta algo para los aperitivos? A ver… No. Está todo. Primer plato, ok. Segundo plato, también ok. El postre y la bolsa de cotillón lo traen los abuelos. Las uvas, el turrón, los polvorones, los bombones… Sí. Ya está todo. ¿Y de beber?»

Pues si nos fijamos, de una manera u otra… esta conversación o pensamiento la tenemos casi todos con la preparación de la cena de Nochevieja. Por regla general, la bebida es relegada a un segundo lugar. Las opciones que suelen venir en principio a la cabeza son las botellas que están incluidas en el lote navideño o las que te han sobrado del año pasado. No es que estas opciones sean malas, pero la verdad, no son las idóneas, ya que en el caso de las cestas, la calidad brilla por su ausencia y los vinos del año pasado, si no están bien conservados o no son de guarda, tampoco estarán en óptimas condiciones.

Otro tema a tener en cuenta es la cantidad. No hay que beber como si no hubiese un mañana. Beber con moderación implica pasártelo bien, pues como hemos dicho muchas veces, el vino socializa y desinhibe. Beber sin control tiene consecuencias nefastas que muchas veces convierten una celebración en un auténtico disgusto sin necesidad en entrar en detalles escabrosos. Hagamos que la fiesta sea eso. Una fiesta. Algunas recomendaciones para acompañar vuestros menús de Nochevieja podrían ser las siguientes:

Los Vinos Espumosos
Como ya hemos hablado muchas veces, son fantásticos como copa de bienvenida y el carbónico es un muy buen conductor de los sabores. En los aperitivos entran muchas opciones: encurtidos, mariscos o crustáceos, snacks tipo crujiente, algún producto cremoso, etc. Elegir un buen vino espumoso es un valor garantizado que además puede ser un buen acompañante para toda la cena. Y he dicho un buen vino espumoso sin entrar en su procedencia, que estamos de fiesta y ciertas connotaciones deben apartarse para tenerla en paz.

Los Vinos Blancos
Empezar con un blanco joven fresco y perfumado suele acompañar los entrantes y pescados que tienden a ser más ligeros. Si dentro de entrantes y pescados, las salsas o productos son más contundentes, mejor irnos a un blanco con más estructura, es decir, algún blanco con alguna variante de crianza. Cuidado que eso de que los blancos tiene menos grado que los tintos no es del todo cierto.

Los Vinos Tintos
Acabar la cena con una carne o con un plato más contundente aunque no sea de carne, es típico. Elegir un vino tinto para tu menú puede ocupar varias páginas dependiendo de la comida, de las preferencias en variedades, de su crianza o no, de la procedencia, etc. Teniendo en cuenta que estamos bebiendo más de lo habitual, miremos un poquito en conjunto lo que hemos bebido. Sobre todo para que el último vino de la cena no sea el “remate final”.

Los Vinos Dulces
Esta parte suele estar un poco olvidada ya que cuando llegamos a los postres nos decantamos por abrir un espumoso o seguir con lo que estábamos bebiendo. Esto no está mal. Un espumoso bien elegido va a encajar muy bien con los postres, pero recomiendo dependiendo de la elección del mismo, el elegir un vino adecuado dentro de la amplísima gama de vinos dulces que tenemos en el mercado y al alcance de todos.

Todo a punto. Faltan pocos minutos para dar comienzo a un Nuevo Año. Preparadas las uvas de la suerte y la copa para el brindis. ¡Feliz Año Nuevo!