Mouton 1989: un Burdeos para todo tiempo

Mouton Rothschild 1989. Baronne Philippine de Rothschild. Pauillac AOC. Burdeos (Francia).

Ignacio Peyró. 27/04/2016

Vino de talla -y de fama- mundial, con añadas históricas como la de 1945, y con un precio habitualmente disuasorio, el Mouton-Rothschild no es vino tan frecuente en la mesa como uno quisiera. Nosotros tan solo hemos probado un puñado de añadas -1981, 1988, 1989 y 2004- y todavía podemos sentirnos afortunados: debido a la burbuja de los precios en Burdeos, hacerse con grandes botellas bordelesas va a exigir grandes desembolsos en los próximos años. De momento, todavía puede conseguirse alguna botella sin entregar a cambio ‘una libra de nuestra carne’.

Una bodega con historia y una familia con apellido legendario
Una bodega con historia y una familia con apellido legendario

El Mouton, con producciones no menores -unas 20.000 cajas según la añada-, cuenta con un estilo característicamente opulento y vigoroso; una declinación distinta de la orilla izquierda bordelesa si lo comparamos, por ejemplo, con lo que esperamos de los vinos, más delicados, de Margaux. Su capacidad para envejecer es sobresaliente, si bien su carnosidad permite que nos aproximemos a él, por lo general, todavía en su juventud, cosa que no permiten algunos de sus pares.

Ciertamente, el Mouton se ha visto no poco enriquecido por la leyenda de la familia Rothschild -sus célebres propietarios-, por un etiquetado a cargo de reputados artistas o por sus luchas por figurar en la alta nobleza de las clasificaciones bordelesas. Al final, sin embargo, lo que cuenta es lo que hay dentro de la botella. Y si sus estándares de vinificación logran una constante regularidad en la calidad, en años como 1989 -justamente legendario-, el Mouton encarna todos los porqués que han hecho tan apreciado el viñedo de Pauillac. (Cata de I. Peyró y J. Rocamora).

Aquí puedes comprar algunos de los vinos Mouton-Rothschild
Aquí puedes comprar algunos de los vinos Mouton-Rothschild

1. Bodega. El Château Mouton-Rothschild no fue acogido en el círculo ilustre de los primeros crus bordeleses hasta la revisión de 1973, aunque por méritos propios debía haberla obtenido desde el principio (1855). Tiene 78 hectáreas de vid y produce tres vinos: Mouton Rothschild Premier Cru Classé, Le Petit Mouton –uno de los Burdeos más vendidos del mundo y habitualmente de poco interés- y el blanco Aile d’Argent. Debe su carácter a las magras capas de grava, de varios metros de profundidad, con gran contenido de hierro y silicatos. La proporción de Cabernet (Sauvignon y Franc) es del 90%, inusualmente alta. Desde 1945, diferentes artistas como Dalí, Picasso, Warhol, Miró y el acuarelista Carlos de Inglaterra, entre otros, han ilustrado las etiquetas de su primer vino. En su excelente web se explican con pormenor las condiciones de cada añada.

De Warhol a Dalí, grandes artistas han diseñado las etiquetas de este vino
De Warhol a Dalí, grandes artistas han diseñado las etiquetas de este vino

2. Precata. Añada 1989. La climatología fue excepcional. Una de las grandes cosechas del siglo XX en Burdeos: puro mito, y eso que 88 y 90 también gozan de justa fama. La primavera fue templada y húmeda. La brotación comenzó el 8 de abril (8 días antes de la media). La floración tuvo lugar de manera uniforme del 20 al 7 de junio (15 días antes de la media). Esta floración fue, en su tiempo, la más temprana en décadas. Junio resultó caliente y seco. Julio cálido y húmedo. Agosto fue caluroso, pero templado con algunos chaparrones que proveyeron agua suficiente a las cepas. Con tales condiciones, la cosecha en 1989 fue la más precoz del siglo.

  • Uvas. Cabernet Sauvignon 78%, Cabernet Franc 14% y Merlot 8%.
  • Vinificación. El mosto fermentó en barricas de madera entre 15-25 días. Crianza de 18 a 20 meses en barricas nuevas de roble francés del bosque de Allier.
  • Alcohol. 12,5º.
  • Tapón. De corcho natural, excelente, de 50 mm.
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Intenso y con un color rojo Burdeos, así es el Mouton-Rothschild

3. Cata. En marzo de 2016.

  • Decantado, por los posos –la cabernet sauvignon siempre aporta-, nada más abrir. La aireación también le vino bien, para perder las notas iniciales de reducción e irse suavizando.
  • Color. Rojo, precisamente burdeos, poco evolucionado para sus más de 25 años (aunque no es infrecuente en estos vinos). Ribete teja anaranjado. Limpio y brillante. Lágrima fina, delicada, tintada.
  • Nariz. Impactante. Desde su descorche se nota que estamos ante un grande. Recién abierta hay algo de fondo animal. Al decantarlo, desapareció enseguida. Los primeros 20 minutos se mostró cerrado, poco expresivo –los buenos Burdeos siempre tardan-, pero a la vez enormemente complejo: van aflorando taninos nobles, muy serios. Poco a poco se va haciendo más fino, con sensaciones volátiles impresionantes: fruta roja muy madura (ciruelas negras), cassis, violetas, arándanos. Aparece también algo de moho, o tierra húmeda, que aporta una extraña rusticidad, que pese a todo no desagrada.
Diferentes etiquetas diseñadas por grandes artistas
Diferentes etiquetas diseñadas por grandes artistas
  • Boca. Más impactante que la nariz. Joven aún. Pastoso, casi se mastica. Acidez muy vivaz. Fruta roja, muy seria. Mineral. Algo de astringencia. Poderoso y a la vez redondo, equilibrado: tiene una peculiar discreción elegante, que no implica ligereza sino prestancia, señorío, elegancia. Todo lo que tiene es de primera y está muy bien armonizado. Largo. Buena acidez. Cuerpo medio. Buena persistencia.
  • En conjunto. Aún ascendente. Majestuoso y casi voluptuoso. Lo que impresiona es la complejidad que emerge del conjunto.

4. Calificación. Aún ascendente, pero de diez.

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