Vánagandr Gin, gallega y con leyenda
Lo último en ginebras tiene nombre de lobo legendario. 100% gallega, elaborada con mucho gusto y mimo. Te enamorará.
Hacía tiempo que no me emocionaba tanto con algo y me encanta. Aunque es cierto que últimamente aparecen muchas bebidas espirituosas nuevas y que algunas de ellas nos sorprenden –para bien o para mal-, fue en la pasada fiesta organizada por la reconocida revista Guía Del Ocio con motivo de su 40 aniversario cuando me enamoré. Y sí, el domingo celebramos San Valentín, pero no me estoy refiriendo a ninguna persona. Me enamoré de una ginebra.
Cierto es que en un principio me entró por los ojos, como casi todos los amores: una elegante botella vestida con una etiqueta muy particular. Soy una amante declarada de los cómics y las novelas gráficas, así que una etiqueta diseñada por el ilustrador gallego David Pintor no podía pasar desapercibida. Dicha etiqueta cuenta muchas historias, entre ellas el origen del nombre tan peculiar de la ginebra y una leyenda.
Vánagandr (también conocido como Fenrir) es el nombre de un famoso lobo, bien conocido en la mitología nórdica por ser el predestinado para acabar con los dioses en el Ragnarök. Este nombre se eligió para la ginebra con el fin de rendir homenaje a las leyendas gallegas. Por ello, en la etiqueta diseñada por Pintor se representa un momento en el que Vánagandr es traicionado y atado por los dioses con una cuerda supuestamente indestructible, ante el temor de ser derrotados. Recomiendo leer esta leyenda porque aparte de ser cultura, da qué pensar sobre si los malos nacen o se hacen.
Pero continuando con mi historia de amor, ya que después de ver la botella la probé. Y entonces fue cuando me enamoré. A la vista resulta brillante, cristalina. En nariz intensa y compleja, con recuerdos a flores (lirios, azahar), cítricos (lima y mandarina) y especias (canela). Y en boca… ¡En boca vibra! Suave, fresca, persistente, es una auténtica maravilla. Aunque para algunos resulte algo clásica –el corte lo cumple- realmente sorprende por su calidad y delicadeza.
Y es que esta ginebra de nombre raro (recuerden, se llama Vánagandr) se elabora en el Ayuntamiento de Cambre, en A Coruña, con un precioso alambique de cobre fabricado por artesanos portugueses a partir exclusivamente de trigo. Para completar su elaboración se emplean las puras aguas gallegas de la planta de Aguas de Amalcsa, junto a una serie de botánicos que le proporcionan ese carácter y frescura. Enebro, raíz de angélica, cardamomo, cassia, raíz de lirio, semilla de cilantro, piel de naranja dulce y de limón, canela de Ceylán, regaliz, nuez moscada… y algún ingrediente secreto más.
Tras cada triple destilación –que dura 14 horas- siguiendo el método de las London Dry Gin, se obtienen tan solo 440 botellas. Todas se etiquetan y numeran a mano. Y su precio no sorprende ni asusta (PVP 31 euros). Se aprecia la dedicación y la ilusión que Enrique Pena ha puesto al elaborar y lanzar al mercado Vánagandr Gin. Desde su cuidado proceso de elaboración, pasando por el diseño de la etiqueta y acabando con el exclusivo tapón sintético con cabeza de madera y dosificador antigoteo de la botella.
Todo en ella emociona. ¡Me gusta hasta sola! Pero recomiendo dos formas para tomarla. ¿Con cuál te quedas?
- Gintónic: clásico y seguro. Mezclamos 5 cl. de ginebra con 20 cl. de tónica y añadimos piel de lima y unos granos de pimienta jamaicana.
- Gin HighBall: diferente y sabroso. Combinamos 5 cl. de ginebra con 25 cl. de Ginger Ale y unas gotas de angostura, decorando con unas tiras de piel de naranja.