Cinco champagnes que no pueden faltar en el verano más glamuroso
Vinos espumosos hay muchos, pero quizás el champagne sea el más asociado al lujo y al glamour. Dentro del amplio mundo de este universal vino francés, existen algunos que se han convertido en míticos.
Probablemente, el champagne sea el vino más universal y asociado a la celebración por antonomasia. Sus hipnóticas burbujas han cautivado a todos los que lo han probado y ha sido icono bebida elegida por Chanel, Oscar Wilde o Marilyn Monroe entre muchos otros personajes famosos amen de los no protagonistas del papel couche.
Obviamente, cada uno puede tener sus preferencias a la hora de elegir sus vinos y cualquiera de ellos puede ser “el mejor vino” de ese momento. El que más te gusta a ti. Aquí os dejo mis cinco favoritos, de este momento.
El origen del champagne en cada copa
No podía empezar por otro que no fuese el Dom Perignom. Producido por Moët & Chandon recibe este nombre en honor al monje benedictino Pierre Perignon, a quien se le atribuye según muchos el haber inventado el vino espumoso. Esta historia no está corroborada por todos los estudiosos del vino, pero lo cierto es que quizás sea la más conocida junto con la frase “estamos bebiendo estrellas”.
El ejemplo a seguir de la gran dama del champagne
Si antes nombrábamos al “padre” del champagne, no podía ignorar a La Grande Dame, Barbe-Nicole Ponsardin, viuda de Clicquot. Esta mujer de gran coraje pero sobre todo de visión de negocio, llevó el champagne hasta lo más alto y sigue siendo ejemplo a seguir.
Una edición limitada con burbujas de origen centenario
Otro monje, en este caso Thierry Ruinart, fue el primero en establecer la primera maison, la primera bodega de champagne como tal. Sus burbujas y sus canteras de tiza son conocidas en todo el mundo. L’Exclusive es una edición limitada de grandes añadas en magnum y en una réplica del siglo XVIII.
La transparencia como esencia en un botella única
Pues otro imprescindible es el Cristal de Louis Roederer. Su botella única transparente y sin la típica hendidura en la base nos transporta a una época de complots y miedo en la que el Zar de Rusia Alejandro II encargó a la prestigiosa maison esta botella para que no se pudiese ocultar un explosivo en su base.
El ejemplo indispensable que no deja indiferente
Dejar para el final el Substance de Jacques Selosse no es casualidad, pues combina la maravillosa frescura de uno de los más grandes vinos espumosos con el alma de las barricas en criaderas y soleras propias de los vinos generosos de Jerez. Un indispensable que nunca deja indiferente.