El arte de fumar en invierno (y no congelarse en el intento)

Antes era fácil encontrar lugares indoor donde fumar con tranquilidad. Ahora disfrutar de un buen cigarro se ha vuelto más complicado de lo que parece.

Bernardo&Peyró. 19/01/2017

El pasar del tiempo se puede medir en el tránsito de las apacibles salas de fumadores descritas por tanta literatura burguesa a los habitáculos que, hace no tanto, proliferaron en las terminales de algunos aeropuertos. Del sillón y el mueble-bar con Oportos del primero, pasamos al segundo, con una puerta termosellada y a unos bancos de metacrilato diseñados para fomentar la culpabilidad del usuario. Digamos que a la arquitectura hoy le preocupa más el encaje del jacuzzi que el de la sala para el noble arte de fumar.

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Pasaron los tiempos en los que fumar ‘indoor’ era lo más normal del mundo

Pero lo cierto es que el frío invernal nos visita cada año, más allá de modas arquitectónicas y usos sociales, y lo cierto es que los fumadores de habanos buscamos en estos días cómo hacerlo mientras conservamos estándares razonables de calidad de vida. No hace tanto un notable aficionado a los tabacos nos decía que había salido a fumar a la terraza de su casa, pertrechado de abrigo, gorro, guantes y orejeras, con prácticamente los mismos enseres que un soldado ruso para su guardia en la puerta trasera del Kremlin. La historia termina bien porque en casa, al verle de esa guisa, decidieron indultarle y permitirle entrar.

Utilícense para el paseo enseres contra el frío
Utilícense para el paseo enseres contra el frío

Para aquellos que no alcancen esa misericordia el problema está ahí. Y como todo problema complejo, no hay soluciones fáciles. Una de ellas pasa por hacerse un habitual de los clubs de fumadores (en Madrid -y sin afán de exhaustividad- se puede ir al Club Pasión Habanos, a Habana 5 o al Cigar Club de Santceloni). En esta línea de conducta pueden visitarse cualquiera de las terrazas climatizadas que, con creciente frecuencia, encontramos en las grandes ciudades.

Pero si uno tiene sangre de hombre de campo y aún no ha descubierto el placer del paseo con un puro, es quizá momento de iniciarse en él. Un paseo invernal con un cigarro puede ser nuestro descubrimiento para este invierno: conviene ir abrigado, llevar guantes, un mechero apto para la ventisca y un cigarro de mayor fortaleza que la acostumbrada: téngase en cuenta que el aire libre nos hace perder matices al tabaco.

El Club Pasión Habanos de Madrid, en la Casa de América
El Club Pasión Habanos de Madrid, uno de los lugares donde fumar indoor

Si la apuesta, a pesar de todo, es fumar indoor, puede ayudarnos a evitar el desalojo, hacerlo en una habitación ventilada y el uso de las lámparas Berger. Aunque hay mucha literatura al respecto y muchos trucos caseros, lo cierto es que todos son nada al lado de estas lámparas que evitan el olor a tristeza del habano frío. Y desde luego que eliminar cualquier resto, al terminar de fumar, contribuye a la pureza del ambiente. Y, entre tanto, a esperar que escampe.

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