¿Pagarías 100 dólares por un donut?
Podrías comerte casi cien con lo que cuesta uno solo, pero ¿dónde si no en Nueva York vas a pagar esto por un sencillo donut?
De la ciudad que nos trajo el cronut (la mezcla entre croissant y donut inventada por el chef Dominique Ansel), llega ahora el donut de oro, una creación filipina que se comercializa en un restaurante del nuevo enclave hipster de la Gran Manzana. Concebido para ser el regalo en una ocasión especial, Bjorn DelaCruz, su inventor, no sabía la que se le venía encima cuando una reseña culinaria en el NY Times hizo mención a este capricho surgido de la resaca de Año Nuevo. Ahora todo el mundo quiere uno.
DelaCruz es el dueño y encargado del restaurante Manila Social Club en Williamsburg. Se trata de un pequeño local que regenta junto a su hermana y que abrió sus puertas la pasada primavera. Aquí el ube, un tubérculo muy presente en la gastronomía filipina, tiñe de violeta todos los platos y, sí, también los donuts, que están muy presentes en el local. De hecho, antes de saltar a la fama por el capricho dorado, ya era conocido por las fiestas ‘Donuts+DJs’ que se celebran cada viernes.
Fue en una de esas fiestas donde al parecer debutó, sin tanto éxito, el padre del que hoy se ha convertido en la estrella de la cocina. Al predecesor le faltaba el burbujeo que sólo un poco de champagne restante de la fiesta de Nochevieja puede otorgar. Los pétalos de oro de 24K que lo cubren son el reclamo, pero en realidad, sólo hacen que brille. El secreto, según su creador, es la gelatina de Cristal, un champagne que se vende a 250 dólares la botella y que eleva el precio de la masa de hojaldre, con frosting de ube y forma de aro en consecuencia.
Ya sea para regalar o darte un capricho, siento decirte que sólo podrás hacerte con uno si vas al restaurante en persona. Y tiene que ser viernes, porque sólo se venden ese día. No hacen excepciones. El dorado manjar nació para ser una edición limitada, pero es innegable que se ha hecho un hueco de oro en la carta del Manila Social Club que, pese a todo el revuelo causado por el anillo, sigue siendo la prioridad de sus dueños.
*El Manila Social Club está en 2 Hope St, Brooklyn.*Fotos cortesía @tabakodelacruz