Foto: Hotel W
El hotel W es todo un emblema en Barcelona. Diseñado por el arquitecto Ricardo Bofill, el edificio de 26 plantas, es también la unión de dos grupos hoteleros: la marca hotelera de lujo W (perteneciente a su vez al grupo neoyorquino Starwood) y del grupo Marriott International.
Así, el hotel W también llamado ‘La Vela’ se sitúa frente al mar en el Paseo Marítimo de la Barceloneta. Concretamente de forma perpendicular al muelle en la dársena de entrada al Puerto. Una situación privilegiada en un escenario ideal ya sea para una estancia o una cena inolvidable.
Y es que ahí, junto al mar, se unen dos elementos fundamentales y contrapuestos: el agua y el fuego. Éste último es el protagonista de Fire, el restaurante principal del Hotel W que todos los jueves por la noche hasta el 25 de agosto se traslada a la espectacular terraza WET Deck. Allí da la bienvenida a la época más cálida y vibrante del año.
Ahumados, parrillas y altas temperaturas resumen el menú The Bonfire, la experiencial propuesta gastronómica del restaurante Fire. En su suculenta carta el fuego y otras técnicas ancestrales sorprenden incluso a los paladares más exigentes creando una cocina que nace de la unión de las brasas y la tierra.
Tras los fogones esa sobriedad que define el fuego y que consigue una fusión llena de contrastes. La misma que lleva a las carnes y verduras a la brasa a otro nivel, elevando sus sabores a su máxima potencia. Agua y Fuego, dos elementos en puro contraste, y una cocina abierta con el glamour de un hotel donde las estrellas se ven más cerca.
La experiencia The Bonfire se complementa con un increíble espectáculo de fuego en el que también hay lugar para la música, el baile, las performance con fuego, los malabares y la pirotecnia. Dicen que polos opuestos se atraen, y así se demostró en la noche del solsticio de verano. Los privilegiados que la vivimos en Fire viajamos en el tiempo con un menú donde la alta gastronomía y el fuego fueron los protagonistas. Tomad nota gourmands du monde.
La verbena de San Juan, envuelta en la brisa del mar, fue mágica “navegando” entre las aguas de la piscina y las del Mediterráneo. Un espectáculo de baile y música mantuvo inmersos a los comensales en una escenografía con ese punto rebelde que tiene siempre el fuego, auténtico hilo conductor toda la velada.
El blanco de los comensales, todos en riguroso White summer dress code, contrastó con el rojo de las llamas mientras platos envueltos en brasas desfilaban junto a las bailarinas en un escenario privilegiado, con vistas al mar.
El hipnotismo del horizonte, con su sencillez y su complejidad al mismo tiempo, en el litoral de la Barceloneta arrancó con una cena-espectáculo. En esta probamos platos con productos de temporada, otros vegetarianos bajo el lema RealFood y un menú degustación especial de San Juan. A destacar el steak tartar de ternera con verduras en salsa agridulce y la crème brûlée de vainilla de Tahití.
Agua y fuego, tierra y cielo… si hablamos de opuestos el Hotel W también tiene una propuesta para quienes quieran tocar el cielo después de degustar los placeres de la tierra. Para ello dispone del Eclipse Sky Bar en la planta 26 del edificio, con una de las vistas 360 grados más espectaculares de la Ciudad Condal. Allí se puede disfrutar de una carta de cocktails con 21 nuevas recetas inspiradas en la astrología y elaboradas expertos mixólogos.
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