La elegancia, innovación y sostenibilidad de Wolstton, el café de los exploradores
Si buscas un café diferente con una historia llamativa y unos principios basados en la sostenibilidad tienes que conocer Wolstton Coffee.
La innovación y la experimentación no tienen límite casi en ningún ámbito de la vida. Si hablamos de gastronomía, cada vez estamos más acostumbrados a que los grandes chefs y restaurantes sorprendan con nuevas técnicas, elaboraciones y sabores nunca antes conocidos. Pero también los productos de elaboración a priori más sencilla, como el café, pueden albergar grandes secretos relacionados con la innovación. Es el caso de Wolstton coffee.
Se trata de una marca que recorre los lugares más exóticos del mundo buscando las variedades de café más excepcionales y exclusivas que existen. Desde las Islas Galápagos a Papúa Nueva Guinea pasando por Hawai, Kenia o Etiopía, Wolstton elabora cafés “con aromas exquisitos, mezclas eclécticas y tuestes delicados y elegantes”.
Así lo aseguran ellos mismos explicando que sus cafés especiales, únicos y elegantes están pensados para cerrar los ojos, imaginar, saborear y compartir. “Una preciosa singularidad que nace de la naturaleza y de una profunda pasión por la calidad y la exclusividad”.
Cafés de lugares únicos
De esta manera, en su tienda se pueden encontrar seis elegantísimas cajas con 12 o 25 cápsulas de café en cada una, con una identidad y unos matices únicos. En primer lugar por sus nombres, relativos a lugares, términos o elementos naturales especialmente singulares; y en segundo lugar por sus mezclas, íntimamente relacionadas con sus originales procedencias.
Por ejemplo el Wolstton Henalu o “arte de cabalgar las olas” en lengua hawaiana es un blend en el que participan cafés de lugares donde se encuentran las playas más míticas relacionadas con el surf como Sumatra, Australia, Hawai o Galápagos.
Las seis variedades de café Wolstton
Asimismo Baltra, una pequeña isla de origen desconocido de las Islas Galápagos es la que da nombre al café más personal de la marca, procedente únicamente del archipiélago; mientras Kirati, una de las primeras etnias conocidas de la historia de Nepal, hace referencia a unos blends calificados por la marca como “delicados, sutiles y sensoriales”.
Por su parte Mirovia es un blend compuesto por cafés de los cinco continentes que toma el nombre del superocéano que rodeaba al supercontinente Rodinia anterior a Pangea. Asimismo Aquenio, el delicado y extraño fruto de la planta diente de león, define el único y particular café descafeinado de Wolstton creado nunca a partir de granos de cinco países de tres continentes distintos.
Y por último Camanay, elaborado con café de las Islas Galápagos, Ecuador y Costa Rica, es un ave que reside en el archipiélago ecuatoriano y al a vez un blend basado en la sostenibilidad medioambiental y social de las tres cooperativas de las que proviene su café.
La sostenibilidad, un principio básico para la firma
Y es que la sostenibilidad es otra de las guías que Wolstton sigue al pie de la letra para la elaboración de todos sus productos. Desde las cápsulas a su contenido, todo lo que tiene que ver con la marca respeta el medio ambiente y los entornos de procedencia de sus cafés.
Por ejemplo, la innovadora manera de realizar cada cápsula garantiza la perfecta conservación del café durante 18 meses. Además, todo el material utilizado para la confección de las mismas es biodegradable y compostable, lo que significa que no deja ningún rastro ni entornos marinos ni terrestres.
Un café único y comprometido de Wolstton
En cuanto al café, explican desde Wolstton que su elaboración es social, económica y ecológicamente sostenible. “Los cafés de especialidad de Wolstton provienen de producciones pequeñas, no industriales. Por ser variedades escasas tienen un alto valor e interés comercial, lo que garantiza un modelo real económicamente sostenible para los productores”.
Asimismo, algunas variedades forman parte de programas de inclusión laboral de sectores desprotegidos “para contribuir a una mejora tangible y real de la sociedad”. Es el caso del café de la cooperativa Coopetarrazú, en Costa Rica, cuyo objetivo es la inclusión laboral de las mujeres; o el llamado Amazónico, sembrado en la jungla de Ecuador para recuperar áreas ilegalmente deforestadas.