Cuesta encontrar un edificio que posea ese clásico, y deseado, aroma del pasado, cuando el trabajo era más artesanal y costoso, cuando cada detalle tenía que ser visualizado y explicado con mimo para que nadie se desviara. Cuando había que improvisar soluciones sin ensayos posibles, dado que no quedaba tiempo, ni se había hecho antes algo similar. Cuando no se poseían las valiosas herramientas que ostentamos hoy día.
Pero en Manhattan, Nueva York, podemos encontrar un edificio que cumple con este precepto con singular alegría. Hablamos de un rascacielos forjado para situarse frente a frente al One World Trade Center y mostrarle su adusto pasado. Nada de cristales de piso a techo, nada de rebordes metálicos plateados o dorados, nada de redes reticulares de modernidad. Este edificio luce como si hubiera sido concebido en los años 60 del pasado siglo: poderoso, pero amable.
Su nombre es Thirty Park Place, y se ubica en el Bajo Manhattan, en el barrio de moda llamado Tribeca. Hasta allí se trasladaron los promotores de Silverstein Properties, quienes tuvieron que pedir un préstamo de 660 millones dólares, 554 de euros, para una construcción que comenzó en 2013 y finalizó en 2016.
La maravillosa torre fue diseñada por Robert AM Stern Architects, un estudio de arquitectura muy conocido que cuenta con su firma en algunos de los proyectos más interesantes del presente siglo. El inmueble alcanza los 282.20 metros de altura, y se distribuye en 82 plantas, donde se cobijan 157 residencias de lujo y el hotel Four Seasons New York Downtown. Éste cuenta con la friolera de 189 habitaciones, cuyo precio supera los 700 euros la noche.
Pero todo en la vida no es dinero, así que los desarrolladores aplicaron lo mejor de si mismos para ofrecer a los usuarios del rascacielos lo mejor de lo mejor. Esto incluye una piscina de 23 metros de largo con saunas anexas, un spa de lujo, un gimnasio con sala para yoga, una sala especial para los juegos de nuestros infantes, un conservatorio de doble altura con piano y, por supuesto, comedor privado y catering al gusto.
La empresa encargada de la ingeniería estructural fue WSP Cantor Seinuk, y cuenta que la relación de esbeltez del rascacielos es de 1:10.5. El rascacielos fue ejecutado con una estructura de hormigón armado, en una red apoyada en núcleos de este material en el centro. Esto permitió aprovechar la caja de escaleras y ascensores, y pilares en el perímetro, dejando todo el espacio intermedio para configurar libremente las estancias.
Los forjados se ejecutaron de losas de hormigón armado con cantos de 20 y 23 centímetros, apoyados los demás elementos estructurales, muros y pilares. Pero la cosa se pone interesante en la planta 24, donde los ingenieros establecieron la colocación de ocho paredes de estabilizadores, para que el edificio resista bien las cargas generadas por el viento. Esto obligó a crear muros en fachada para poder distribuir mejor las cargas, además de tener que ejecutar pilares desfasados de eje entre plantas en algunos puntos.
Pero, aparte de la estructura, tenemos que fijarnos en la fachada de piedra caliza… Perdón ¿piedra caliza he dicho? ¡¡Falso!! La fachada está ejecutada con hormigón prefabricado, elaborado por la empresa canadiense BPDL Béton Préfabriqué. Cuentan que el trabajo consistió en la creación de 2018 plantillas de paneles prefabricados, muchos de ellos únicos. La colocación de paneles tenía que ser a un ritmo acelerado, pues había que terminar una planta cada dos días.
Menos mal que los canadienses idearon un sistema de encapsulado para elevar las piezas en la grúa. Esto impidió las roturas que pudieran acaecer durante el izado de las cargas. Para impedir los puentes térmicos, así como para evitar fisuraciones debido a tensiones entre distintos soportes, la fachada no se soporta sobre los forjados directamente, lo hace a través de elementos de sustentación sobrepuestos.
Pero si lo que quieres saber es cuánto tienes que ahorrar para comprar uno de estos apartamentos, te lo vamos a decir. Si quieres uno de mega lujo, tendrás que subir a la planta 80, donde te espera un apartamento de 574 metros cuadrados a 32.5 millones de dólares, casi 29 de euros. Si quieres algo más “normalito”, bajaremos a la planta 60, donde por casi 10 millones de dólares, 9 de euros, conseguirás 260 metros cuadrados. Eso sí, lo más “discreto” que vas a encontrar está en la planta 39 y cuesta 1 millón de dólares, 8.9 de euros. Un pequeño apartamento que tiene sólo 46 metros cuadrados.
Desde luego, este fantástico rascacielos no deja impertérrito a nadie, aún cuando su ubicación lo sitúa al lado de colosos como el One World, el clásico Woolworth, un rascacielos de 1913, o el idolatrado New York by Gehry, del famosísimo arquitecto. Los acabados, la distribución de las viviendas, muchas de ellas con balcones, además de tener portero 24 horas, aparcamiento y acceso a un parque privado, hacen de él un reclamo turístico más en la todopoderosa Nueva York.
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