Brooklyn mejora su skyline con dos impresionantes torres escalables

El popular barrio de Nueva York quiere rivalizar con la Gran Manzana, incluso superarla ofreciendo un espacio donde vivir confortablemente y sin restricciones.

Al barrio de Greenpoint, en Brooklyn, le han crecido dos torres. Y son unas torres cualesquiera de formas rectilíneas o circulares, con hormigón o cristal como materiales imprescindibles. A la que llaman “la pequeña Polonia” le han crecido dos torres cuyo mérito principal son las vistas que poseen, y las que dan sus singulares formas: dispuestas a la inversa.

Y es que los conceptos están cambiando muy rápidamente y los altos edificios residenciales de los que hace gala Nueva York no se limitan a crear espacios para necesidades concretas. No, cada vez más, los edificios se comportan como elementos sociales, transmitiendo su imponente figura, pero permitiendo la mejor vida de sus usuarios y del entorno construido en general.

eagle and west brooklyn
Las torres tienen una forma perfecta, como un puzzle que encaja

745 residencias de lujo

Así, el estudio arquitectónico de OMA, a quienes seguro ya conocéis si sois lectores regulares de esta revista, acaba de inaugurar dos rascacielos junto al paseo marítimo de Brooklyn. La primera impresión es que se complementan perfectamente, casi como si fueran dos hermanos separados al nacer y unidos por un puente de cristal que juntos proveen a la ciudad de 745 residencias de lujo.

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Tienen amplias espacios comunes de ocio y esparcimiento

Las torres de Brooklyn son como las cajas de un puzzle

Los rascacielos, de nombre Eagle + West se diferencian del entorno por su posición, frente a la Gran Manzana. Ambos se distribuyen en altura con cortes facetados a distintos niveles, una especie de volúmenes apilados, como cajas, que permiten que una torre posea fantásticas terrazas y la otra impresionantes vistas. Para incidir en esto, las torres están desplazadas la una de la otra, pero son perfectamente encajables, como si de un puzzle se tratara.

Los edificios poseen treinta y cuarenta plantas, y se elevan desde una especie de podio que se distribuye en distintas plantas según su ubicación. Esta permite la inclusión en el conjunto de comercios de retail, cafeterías y restaurantes, y zonas comunitarias de ocio y esparcimiento. Estas zonas tienen su mejor expresión en las grandes terrazas, una con un enorme parque repleto de vegetación, y otra con piscina al aire libre incluida.

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La piscina al aire libre no falta en las zonas de ocio

Unas vistas de infarto

Pero vayamos por partes, que diría cierto personaje de terror londinense, los 121 metros de altura de la torre más alta permiten unas vistas sin igual de la zona, los afortunados residentes podrán vislumbrar las torres más impresionantes de Manhattan, como el Empire State Building, la torre Steinway (el edificio más delgado del mundo) o la siempre todopoderosa One World Trade Center.

Pero, ojo, si tienes vértigo este se verá agravado no sólo por la altura sino también por la sensación de desplazamiento al ver que la torre aumenta su superficie según crece en altura. Algo contra natura con voladizos nada desdeñables que son posibles gracias a columnas inclinadas que transmiten las cargas de forma diagonal a su creación. Como es de bien nacidos ser agradecidos, esto se lo debemos al estudio de ingeniería DeSimone Consulting Engineers, responsable de la estructura.

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Las zonas comunes tienen buenas vistas y una acogedora decoración.

Terrazas espectaculares

La torre más pequeña, que alcanza los 91 metros de altura, posee terrazas que continúan la línea facetada de los voladizos de su hermana mayor. Las fachadas se han configurado con enormes paneles de hormigón prefabricados, lo que da mayor control de los mismos y mayor eficacia en la construcción. Además, las fachadas permiten un perfecto tramer de ventanas de 2,4 x 2,4 metros, que da un efecto muy ordenado.

El estudio de arquitectura Beyer Blinder Belle Architects & Planners LLP, quién ayudó a OMA tanto en diseño como en ejecución, se encargó de gestionar la implantación de los 1.616 paneles de hormigón de la fachada. En los voladizos, el material empleado fue un revestimiento de aluminio, que permiten unas aberturas donde enganchar los soportes para limpiar regularmente la estructura.

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El gimnasio, parte importante de la zona de ocio

El ocio en las nuevas torres de Brooklyn

Los 3.900 metros cuadrados de superficie de ocio dan para mucho y son vitales en cualquier comunidad que fomente la interacción social. Estos metros se distribuyen en las dos piscinas, una cubierta y otra al aire libre, zona de jardín en terraza comunitaria, gimnasio con vistas, spa, un espectacular y acogedor lobby, sala multimedia, guardería, cocina común para que experimentes, un taller e, incluso, una zona Co-working.

Otra empresa que colaboró con gran responsabilidad sobre el resultado final fue el estudio Marmol Radziner, quién se encargó del diseño interior y del exterior (el relacionado con el paisaje). Los tonos cálidos y las líneas minimalistas y funcionales definen el interior, perfectas para el uso previsto que no es otro que el alquiler. Porque las residencias de estas torres son para este fin, no siendo, en principio, admisible el alquiler de los inmuebles más allá de los 18 meses.

Uno de los vestíbulos posee paredes de piedra de gran formato, acompañadas por madera y con una enorme mampara de cristal que contribuye a la comunicación visual con el exterior. Junto al vestíbulo una escalera descomunal, con la que se accede a la parte exterior o terrazas. Al mismo tiempo, los vestíbulos dejan traslucir el entramado estructural, siendo visibles los pilares y vigas.

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Las vistas, uno de sus principales atractivos

Apartamentos solo para alquilar

Los precios de los alquileres rondan entre los 3.500 y los 8.600 euros, lo cual deja fuera a muchísima gente con sueldos más modestos. Sin embargo, el treinta por ciento de este edificio posee viviendas más asequibles, como establece la administración neoyorquina, aunque no sabemos exactamente a cuánto ascienden sus alquileres accesibles, así que no podemos hacer comparaciones.

En todo caso, estas torres que podrían pasar como demasiado atrevidas en otras latitudes, podrían definirse como “normales” en el skyline de Brooklyn. Lo realmente apasionante del edificio son dos cosas: la comprobación de una tendencia a construir donde el ocio y espacio común ganan lugar, y la reverencia a la arquitectura de líneas y geometría, tan útil como práctica.

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