Las tradicionales viviendas, con tejado a dos aguas y frente abierto, con una valla de madera compuesta por estacas hincadas en el terreno cada 40 centímetros y travesaños horizontales y verticales arriba y abajo; con cubiertas de tejas rojas, o de pizarra; con paredes gruesas y ventanas pequeñas son, cada vez más, objeto de culto. A día de hoy son otros los criterios que reinan en la construcción de viviendas de campo, y para muestra, varios botones.
El primer botón lo encontramos en Grecia, donde el estudio de arquitectura Mold terminó de construir en 2020 una “pequeña” vivienda de 320 metros cuadrados incrustada en una ladera. Esta maravilla con vistas al mar se ha convertido en un verdadero hogar moderno gracias al buen hacer de los diseñadores, y a buenas herramientas de construcción.
Desde el aire podrás ver cinco huecos con formas rectangulares, y es que la vivienda necesita ventilación e iluminación. Gruesos muros de piedra delimitan los paramentos exteriores, mientras que poderosos muros y techos de hormigón dibujan las estancias interiores. Con una maravillosa piscina en la “planta baja”, esta asombrosa vivienda posee una escalera interior con peldaños en voladizo y madera por doquier.
En Chile tampoco son muy aficionados a andarse por las ramas. En este país suramericano podemos encontrar la casa P406, un moderno edificio que en vez de dos plantas tiene dos formas geométricas en altura. Dos conceptualizaciones del espacio que rompen con lo tradicional y elevan la casa a obra de arte. Si no estás de acuerdo, fíjate bien, una planta baja esquelética sostiene un enorme mirador romboédrico.
Y es que esta fantástica vivienda diseñada por el estudio Orfali & Ehrenfeld se ejecutó con cuatro “containers”, tres de ellos en planta baja, y uno en la planta superior. Los contenedores se cortaron para colocarlos en el lugar, y después se instalaron las grandes cristaleras para disfrutar del espectacular espacio. La forma de construir facilitó la ejecución, dado que la vivienda se ubica en una zona de difícil acceso.
El tercer botón lo encontramos en Australia, donde los arquitectos de Gillian van der Schans, conscientes del problema económico que acarrea una gran vivienda, optaron para sus clientes por dos sencillas construcciones de 90 metros cuadrados. Se ubican en una escarpada montaña frente a la ciudad de Launceston, en Tasmania. Unas casas cuadradas, de madera, y soportadas sobre sencillos pilares.
Las dos edificaciones, llamadas Birdhouse Studios, posee 42 y 50 metros cuadrados cada una, y están construidas con una estructura en acero corten, con revestimientos de corcho, que sirven para aislar acústica y térmicamente, y grandes ventanales. Los arquitectos destacan la facilidad de construcción de estos edificios y la gran adaptación a la flora y fauna del lugar.
Por supuesto, los EE.UU no podían quedarse sin su particular casa en las montañas. Esta vez, con una atrevida forma de X, la vivienda se llama “X house”. Visitamos una residencia que mira al lago Superior, frontera con Canadá, en Michigan, y nunca mejor dicho lo de “mira”, ya que gracias a sus enormes ventanales queda nula la frontera con la maravillosa vegetación que circunda el edificio.
El edificio se ejecuta con hormigón armado y estructura metálica. De esta manera asegura robustez en la construcción, y su efecto de voladizo, con exterior de madera de cedro rojo ennegrecido y vidrios de gran tamaño. La forma de X permite dividir la vivienda sin necesidad de incrustar incómodos patios, además de dar vistas singulares y únicas a cada estancia. Desde luego, esta cabaña no tiene nada que ver con sus antepasadas. El estudio Snow Kreilich Architects ya está en nuestra lista de favoritos.
Y terminamos esta mini gira en Paraguay, donde el arquitecto Aldo Cristaldo Kegler, de Bauen, ha ejecutado una hermosa casa en ladera. Conocida como hillside house, esta nada ortodoxa edificación rompe amigablemente con las tradicionales viviendas paraguayas de San Bernardino, a 45 minutos de Asunción. Rodeada de naturaleza, en un plano inclinado provee de unas maravillosas vistas.
La casa se organiza en tres plantas, siguiendo la topografía del lugar. Las plantas extremas para vida privada y la intermedia social, donde, además de las estancias comunes se puede disfrutar de una cascada. La estructura de hormigón, que se construye a partir de vigas separadas 3 metros entre ellas, dirige sus extremos fuera de la envolvente, generando una exquisita direccionalidad hacia el horizonte.
Y es que cuando se trata de renunciar, los nuevos edificios no renuncian a nada. Ni a las vistas, ni a la aplicación de envolventes de diversas formas, ni a la utilización de diversos materiales en continuos procesos de mejora del rendimiento ni, por supuesto, a la búsqueda del máximo confort para sus usuarios. Las viviendas son y serán siempre el refugio del hombre, sobre todo, cuando están rodeadas de naturaleza.
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