No podemos confesarlo, tampoco podemos demostrarlo, pero hay algo que nos empuja a creer que detrás de un cristal somos mejores y pensamos con más claridad. No en vano, el cristal es el elemento material construido más importante del planeta. Gracias a él nos protegemos de las inclemencias mirando al frente, disfrutamos del sabor auténtico de un buen vino y, también, podemos descubrir estrellas. Evidentemente, el cristal es uno de los inventos más importantes de la humanidad. E imaginamos que los arquitectos de NBBJ conocen estupendamente las posibilidades del material, por lo que decidieron utilizarlo como envolvente en un edificio muy, muy, singular. Hablamos, cómo no, de The Spheres, parte de la sede de Amazon en Seattle.
Se trata de un espectacular espacio de esparcimiento (EEE de toda la vida) para los empleados y gente afín a la empresa. Se inauguró en el año 2018 y desde entonces ha dado la vuelta al mundo por su originalidad. Son tres esferas de vidrio con un fantástico jardín botánico en distintas alturas, con hasta 40.000 plantas que han viajado desde varios continentes hasta el centro de la ciudad. ¡Toda una apuesta ecológica!
En su interior hay helechos australianos, plantas carnívoras (qué miedo), orquídeas de Ecuador o higueras de gran porte. En total algo más de 400 especies diferentes están representadas en esta maravillosa selva detrás del cristal.
Un lugar que requiere un continuo mantenimiento por parte de expertos jardineros, además de un exquisito sistema de control de humedad y temperatura. Porque el espacio varía de los 22 grados del día a los 13 de la noche, y del 60 por ciento de humedad al 90.
Por supuesto, la idea es que este generoso espacio verde sirva de reunión de las personas que trabajan en la empresa, donde poder comer algo, entretenerse, pensar en sus aciertos y errores o donde contar sus hazañas entre amistades. Para ello existen diversas zonas preparadas para la ocupación general, con mesas y sillas, aunque mi zona preferida es un mirador en lo alto con forma de nido de pájaro.
Si te preguntas cómo se llama la forma geométrica que llaman esfera, te diré que su nombre corto es hexecontaedro pentagonal. Pero claro, decirlo así sería muy poco romántico, así que los creadores decidieron dejarlo en The Spheres que, además, suena a película de ciencia ficción. Bromas aparte, esta figura se forma al unir pentaedros de cristal con marcos de acero, encajándolos para formar la curiosa figura que posee.
¿Tiene trampa? Sí, tiene trampa, o ayuda en forma de programa informático. En concreto, este ayudó a recrear la figura y optimizar su ejecución, mandando parámetros a las fábricas que se iban a encargar de confeccionar las piezas y a los empleados que iban a ejecutar su ensamblaje en la obra.
Otros orgullosos padres de la criatura son la empresa de ingeniería Magnusson Klemencic Associates. Estos nos cuentan que la estructura principal se compone de 60 lados, cada hexecontaedro pentagonal, lo que suman un total de 180 módulos por los tres que conforman el edificio. Para los amantes de los datos, decir que se emplearon 620 toneladas de acero, 3.045 paneles de vidrio y una cimentación en forma de viga de 180.000 kilogramos que transmite las cargas y protege de los movimientos sísmicos.
Todo para disfrutar, en el interior, de puentes de madera, escaleras vistas, de acuarios, paredes verdes (o jardines verticales) y una multitud de terrazas y vegetación. Aunque la iluminación no está pensada únicamente para las personas. Las luces led (siempre leds) garantizan los espectros de luz que necesitan las plantas del invernadero habitado, cohabitando con los humanos hasta donde es posible.
El árbol más grande del invernadero-oficina de esta sede de Amazon en Seattle se llama “Rubi” y es un ficus rubiginosa proveniente de California. Mide 15 metros de alto (bueno, medía cuando se plantó, ahora a saber), 6,7 metros de ancho (idem) y pesaba unos 16.000 kilos. Todo esto, evidentemente, hizo que se tuvieran que tomar medidas excepcionales para plantarlo, como desmontar parte de la cúpula para su introducción con una grúa…
Por cierto, como último dato curioso, el señor Jeff Bezos inauguró el edificio dando la siguiente orden: “Alexa, abre las Esferas”. Mola, ¿eh? Bueno, uno más y lo dejo: los arquitectos barajaron otras formas aparte de las esferas. Bocetos de espacios rectangulares o con arcos góticos estuvieron a punto de ver la luz… ¡¡pero ganaron las tres esferas de diferentes tamaños que ves en las imágenes!!
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