Estar siempre en crecimiento no es una opción, es una necesidad. Más aún cuando de esto depende el bienestar de una población. En este sentido, una buena política es la diversidad, pero la diversidad coherente. En Canarias han tomado buena nota de esto y han puesto en marcha varios proyectos que se dirigen a diversificar su oferta manteniendo, por supuesto, la que tanto beneficio ha dado: el turismo.
Sin embargo, “no sólo de turismo vive el canario”, así que existe una fuerte apuesta de las islas afortunadas por otros sectores, como el residencial para atraer a teletrabajadores de otros puntos del mundo o el cinematográfico, consolidado por la presencia del Festival Internacional del Cine en Las Palmas de Gran Canaria. Al albur de este último sector la iniciativa privada está apostando por crear en Fuerteventura el mayor centro audiovisual y tecnológico de Europa.
El proyecto, gestado por varias empresas, tiene por nombre Dreamland Studios y se posa sobre un terreno de 160.000 metros cuadrados, para los amantes de los números esto supone un 0,009% de la superficie de la isla. Además, la construcción se posa en un terreno a más de un kilómetro de las famosas dunas de Corralejo, a 150 metros de la autovía principal, y 14 metros por debajo de su cota.
Esto garantiza al estudio unas buenas conexiones vía terrestre, al mismo tiempo que garantiza su no interferencia con el Parque Natural Dunas de Corralejo. Salvada la cuestión medioambiental, los promotores prevén una inversión de 140 millones de euros, convirtiéndose, quizás, el proyecto más ambicioso en Canarias de las últimas décadas.
Para darnos cuenta de su envergadura constructiva podemos recrearnos en sus números. El proyecto abarca la ejecución de hasta 19 edificios, todos unidos con carreteras y grandes espacios verdes, donde los principales elementos integradores son palmeras y estanques, para regular la temperatura exterior. Por supuesto, los edificios más importantes serán los cuatro platós platós, llamados Edificios Estudios.
En estos edificios multitud de actores se pondrán delante de las cámaras para rodar las escenas de producciones de cine y televisión. Sus superficies van de 1.600 a 6.000 metros cuadrados y se distribuirán en una sola planta. A estas construcciones hay que añadir tres naves para talleres, cuatro edificios de oficinas, de dos plantas cada uno, con camerinos y administración; y el edificio de producción y postproducción, donde se realizarán tareas como la edición y grabación de video y audio.
Además, se construirá el DreamLab, un prometedor espacio para startups y empresas del sector digital para intercambio y creación de nuevas ideas; un anfiteatro con espacio para 900 espectadores y la posibilidad de visualizar proyecciones holográficas; y un Centro de ocio tecnológico de más de 9.600 metros cuadrados donde se dará prioridad a la realidad virtual. Terminan el elenco un Museo Futurista, un Centro de formación en artes audiovisuales, y un edificio para restauración y locales.
Conceptualmente hablando, las construcciones se desarrollan a baja altura, para no provocar un impacto visual contundente. Además, están provistas de formas orgánicas en una segunda piel, con tonos terrosos, buscando no desconfigurarse de su entorno volcánico más inmediato. La empresa de arquitectura e ingeniería IDOM ha sido la responsable de trazar todo el proyecto.
Los edificios poseen dos capas en fachada. Por un lado una exterior vinculada con el entorno con formas volumétricas sin equilibrio visual para dar la impresión que nacen del propio entorno, insertando en su envolvente enormes aberturas que dan paso a la ventilación, e iluminación que el recinto requiera. Y por otro, una segunda capa o fachada interior que resguardada de la climatología, alberga los elementos necesarios para la protección acústica y térmica del interior.
Otros edificios poseen tramas verticales con distintas secciones, lo que da la sensación de mimetismo natural al evocar aquellas rocas ígneas que repuntan de forma abrupta sobre el terreno. En su interior el complejo provee de amplias zonas ajardinadas, pasos elevados, túneles formados por tramas que permitirán el paso de flora tipo enredaderas y personas. Por tanto, se da prioridad al tránsito peatonal y de bicicletas frente al de vehículos de gran porte.
Por supuesto, el proyecto prevé la implantación de medidas para la mayor eficiencia energética, como el suministro energético mediante la instalación de paneles solares, teniendo en cuenta los principales objetivos del desarrollo sostenible. Otro punto a favor es el impacto económico a largo y corto plazo en la isla. Primero con la construcción y después con los puestos de trabajo y la formación especializada que van a promover.
Sin duda, los grandes proyectos son necesarios, máxime cuando diversifican la apuesta cultural, económica y social del entorno. Dreamland Studios parece soñar con abastecer a Fuerteventura de un futuro audiovisual y tecnológico envidiable en toda Europa. ¿Lo conseguirán? Veremos. Por mi parte, me declaro “fan” del diseño arquitectónico de IDOM.
Cada vez que aparece en una alfombra roja Georgina Rodríguez nos deja con la boca… Leer más
Felipe VI y doña Letizia prometieron a los valencianos que volverían a la zona afectada… Leer más
La reina de la Navidad está de vacaciones y su aparición en la nieve no… Leer más
"El tren es el destino". Ese es el punto de partida del Tren del Glamour,… Leer más
Bicester Heritage, antigua base de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra, se… Leer más
Como ya es habitual desde hace décadas, Carlos III reunirá esta Navidad a los miembros… Leer más