Hay algo entre maravilloso y perturbador en el futuro. Una especie de halo o misterio rodea nuestra mente cuando especulamos sobre él, emprendiendo pensamientos que de otro modo nos parecerían inauditos… ¿Pensar en visitar espacios ignotos? ¿Querer encontrar planetas que pudieran ser habitados o habitar el espacio? ¿Qué herramientas utilizaremos que hoy ni se pueden vislumbrar?
Recopilar todas estas inquietudes comunes a la humanidad y en lo posible emprender el camino hacia ellas, bien merece un edificio singular. Un edificio que refleje toda la dinámica que somos capaces de generar. En Dubái se pusieron manos a la obra con esta idea y, por supuesto, lo han conseguido, pues el Museo del Futuro abrió sus espectaculares puertas el pasado 2 de febrero.
Su nombre es Museo del Futuro y vino muy bien a los diseñadores de Killa Design, responsables de la obra, para ahondar sobre la idea de nuevas formas arquitectónicas. Por supuesto, el edificio no podía estar muy lejos del Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo. En concreto está a seis minutos en coche, y bajo la atenta mirada de las Torres del Emirato. Sin embargo, su icónica silueta amenaza con desbancar a estos colosos.
Y es que a nadie deja impertérrito su figura, un óvalo en tres dimensiones al que le han perforado su interior de forma excéntrica, generando un espacio interior considerable con respecto al volumen que podría ocupar el edificio y, por lo tanto, pudiendo ver a su través. Además, las superficies redondeadas exteriores se colmatan de escritura árabe, convirtiendo a la construcción en un poderoso mensaje.
Según el gobernante de Dubái, este es «el edificio más hermoso del mundo» y aunque no le vamos a dar la razón, tampoco se la vamos a quitar. Por supuesto, es cuestión de gustos, pero se encuentra en el top 10 seguro. Para realzar la figura se ha rodeado el edificio de extensiones de terreno de la mano del estudio paisajista de Cracknell, responsable del paisajismo del Centro Comercial Oasiz Madrid.
Otra característica exterior que lo hace interesante es situarse frente a la línea de tren elevado de Dubái, lo que le proporciona mayor visibilidad. El edificio posee siete plantas de altura, sobre un podio de tres, albergando todo tipo de exhibiciones dedicadas al futuro y talleres donde probar y desarrollar tecnología de última generación. Es decir, este edificio no es sólo una ventana al futuro, es casi una puerta.
El museo posee, además, un auditorio multiusos que puede albergar a 1.000 personas, un salón de conferencias con 345 asientos y multitud de laboratorios. Por supuesto, la exploración espacial invade gran parte del espacio expositivo, pero también hay otras maravillas, como una recreación digital de la selva amazónica, o prototipos de algunos productos que, tal vez, sean muy usados en el futuro.
El edificio alcanza los 77 metros de altura sin un solo pilar en su interior, generando los espacios gracias a una intrincada estructura de acero que fue diseñada por el estudio de ingeniería de Buro Happold, quien nos cuenta en su web que tuvieron que desarrollar un algoritmo específico para su construcción basándose en la forma de toro del inmueble.
Al final se logró implementar un complejo marco capaz de soportar los 1.024 paneles de acero inoxidable y polímero reforzado con fibra de vidrio que vemos al exterior, y que luce con orgullo la caligrafía árabe. Aunque no menos impresionante es el interior de la construcción, con paredes curvas que continúan la dinámica del exterior con símbolos escritos y dejando hueco para las luminarias Led´s.
Una hermosa escalera vista en espiral de color blanco nos acompaña en el ascenso entre plantas, con su barandal de cristal y pasamanos de acero inoxidable. Por supuesto, no se podía hacer un edificio que represente el futuro que no tenga especial atención con el medio ambiente. El Museo del Futuro se diseñó para que fuera de consumo casi nulo, con arquitectura solar pasiva, ingeniería con baja dependencia energética, reutilización de agua y, obviamente, energías renovables integradas.
Pero esperad, que aún hay algunos detalles más. El vacío interior del óvalo representa el futuro no escrito. Su envolvente tiene 17.000 metros cuadrados de revestimiento de acero inoxidable, el edificio consiguió la certificación LEED Platinum, reunirá a investigadores e inventores de todo el Orbe y, lo mejor, posee restaurante y cafetería.
Para terminar os desvelaremos el significado de las tres frases que se leen en el exterior: «Puede que no vivamos durante cientos de años, pero los productos de nuestra creatividad pueden dejar un legado mucho después de que nos hayamos ido». “El futuro es de quien puede imaginarlo, diseñarlo y ejecutarlo. No es algo que esperas, sino que creas”. «La innovación no es un lujo intelectual. Es el secreto de la evolución y rejuvenecimiento de las naciones y los pueblos».
*Fotografías cortesía de Dubai Future Foundation.
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